Sangre canina y felina para todo el norte peninsular. Gijón es una de las trece únicas ciudades de España en disponer de un banco de glóbulos rojos para hacer transfusiones "seguras, de calidad" y a medida a perros y gatos enfermos. El hospital veterinario Nacho Menes suministra material tanto a clínicas de dentro como de fuera de la región. "Es un avance", resume Pedro Pablo Mayo, responsable de medicina interna de la consulta: "Antes utilizábamos la sangre entera y ahora sólo aplicamos lo que necesita el paciente". Mayo se refiere a los eritrocitos, el plasma o las plaquetas, los tres componentes básicos de la sangre. Separándolos, "evitamos reacciones adversas", agrega.

El banco de sangre animal funciona con éxito en Gijón desde 2012. Durante años fue el único de Asturias hasta que el hospital veterinario Buenavista de Oviedo se sumó al proyecto nacional. En todo el norte sólo existen otros dos depósitos en Pontevedra y en Pamplona. Pedro Pablo Mayo explica que la sangre no se extrae de mascotas asturianas, sino catalanas: "En Barcelona está la sede del banco nacional de sangre animal y allí es donde realizan las extracciones de donantes sanos para luego separar sus componentes". Aunque quisiesen imitar el proceso en el Principado, no podrían, ya que, como puntualiza Mayo, "necesitaríamos una maquinaria especial, no rentable para una clínica veterinaria".

A Gijón llegan en menos de 24 horas bolsas con concentrados de eritrocitos, plasma o plaquetas -su coste ronda los 80 euros-, disponibles no sólo para el hospital Nacho Menes sino también para "cualquier otro veterinario que las necesite". "Cuando hablamos de sangre, pensamos sólo en glóbulos rojos, pero hay enfermedades que requieren una transfusión de plaquetas o de plasma", aclara Pedro Pablo Mayo. Por ejemplo, las infecciosas o inmunológicas precisan plaquetas, mientras que las digestivas, renales e inflamatorias así como las intoxicaciones por raticidas, necesitan un aporte de plasma. Las transfusiones de glóbulos rojos son las más frecuentes al ser empleadas en anemias. Estas células, que se conservan en la nevera, sólo aguantan 45 días, por lo que transcurrido este tiempo "hay que tirarlas a la basura". La clínica Nacho Menes hace una media de 40 transfusiones al año: "Afortunadamente no es algo que se necesita hacer todos los días", dice Mayo. Las más numerosas son las de perros, por una cuestión lógica: hay más canes que gatos.

Otro "gran avance", según Pedro Pablo Mayo, es la diferenciación de grupos sanguíneos tanto en perros como en gatos. "Sabíamos que existían, pero no teníamos pruebas disponibles para saber a qué grupo pertenecía cada paciente", explica. En el caso de los canes, se han descrito más de una docena de sistemas, denominados D.E.A., seguido de un número. De manera habitual se chequea el D.E.A. 1.1, que es el que más reacciones puede dar. Para el resto, no hay test, mientras que se continúan reconociendo nuevos grupos. Uno de los últimos, el DALT, que fue hallado en perros dálmatas. Por su parte, en los gatos, el de mayor relevancia es el sistema AB, aunque también están el A y el B.