Los vecinos de La Arena se muestran "relativamente contentos" con el plan de usos aprobado por el Ayuntamiento para el Parque de Isabel la Católica, en el que se restringe la utilización del recinto a "eventos de pequeña entidad que no generen ruido ni produzcan daños o deterioro" en el parque.

"Es una de las cosas que veníamos pidiendo, pero lo que queremos es que no haya ninguno", asegura la tesorera de la asociación vecinal, María José Cuervo, "veníamos recibiendo muchas quejas de los vecinos por la permisividad que se estaba teniendo con los últimos macroeventos. Es un uso inadecuado para el mayor pulmón verde que hay en la ciudad, hay que respetar la ecología y el medio ambiente".

De ahora en adelante, Cuervo solo pide "que se cumpla la norma, que haya un control estricto de los eventos que se realicen" ya que, entiende, "las personas que montan un puesto pueden ser cuidadosas, pero la gente que acude como público igual no tanto. Al final, los que más sufren son los animales del parque". Desde la asociación vecinal no se exige que se prohíban las actividades en el recinto, sino que estas "se reconduzcan y deriven en opciones más familiares, como las deportivas o de conocimiento de la fauna y la flora, no solo consumismo por consumismo".

La asociación vecinal sigue haciendo hincapié en el estado de "abandono" del parque. "Desde fuera se ve muy bonito, gracias al gran trabajo que hacen en el servicio de Parques y Jardines, pero cuando entras es otra cosa, está todo muy descuidado", explica Cuervo, que pone como ejemplo el parque infantil, enclavado en un arenero que, asegura, "es una cochambre". "Sabemos que en este recinto, a poco que se haga, cuesta mucho dinero, pero se podrían hacer las cosas mejor", sentencia la representante vecinal.

Otro de los grandes caballos de batalla de la asociación es el drenaje de los estanques, una de sus peticiones más antiguas. "Necesitan una buena limpieza, hay mucha dejadez y últimamente ya se vuelven a notar malos olores", asevera.