No sólo se trata de la renta social. Izquierda Unida entiende que la delicada situación económica de la Fundación de Servicios Sociales, y así lo reivindicó ayer su concejala Ana Castaño, sólo se puede solucionar con una transferencia de dinero desde las arcas municipales. Sin ese aporte al personal de la Fundación sólo le queda mover dinero de un sitio para otro para ir tapando los huecos pero sin capacidad para hacer frente a todas las necesidades comprometidas en todos sus programas de atención social.

"El dinero que tiene la Fundación es insuficiente, lo dijimos desde el minuto uno", concretó Castaño al anunciar que su grupo ha decidido pasar del rechazo a la abstención de cara a las modificaciones presupuestarias que la edil forista Eva Illán lleva el lunes a la junta rectora de Servicios Sociales por una cuantía global de 2,5 millones. Son las mismas -aunque esta vez separadas en cuatro expedientes-que presentó en mayo y la oposición le tumbó en el Pleno. Y las que asegura Illán que necesita ver aprobadas para, como efecto colateral, tener disponibilidad económica para una nueva convocatoria de la renta social.

"No nos guste el panorama completo pero en un ejercicio de responsabilidad no vamos a obstaculizar esta modificación. Lo que va en ella no nos disgusta, lo que nos disgusta es que no vayan más cosas", matizó la edil.

El grueso del ajuste, un 1,3 millones, son para aumentar la dotación de ayudas económicas, hay 550.000 euros para ayudas energéticas (ahora dentro de la renta social), 497.000 para compromisos en gastos de personal y 60.400 euros para completar dos contratos. La situación de la Fundación es especialmente delicada por la prórroga presupuestaria y las limitaciones de la regla de gasto, que siempre incumplió pero el año pasado de tal manera que arrastró al Ayuntamiento a un Plan Económico Financiero.

La situación puso en duda la pervivencia de la renta social como proyecto iniciado en 2017 como parte de un acuerdo de Foro con IU y Xixón Sí Puede que le garantizó el presupuesto a Carmen Moriyón. "Hay que decir las cosas como son, lo de Gijón nunca fue una renta social, porque ni tenemos esa competencia ni se articula así . Son una ayudas importantes para adquirir determinados elementos que ha permitido transferir cinco millones de euros a la gente. Dinero que la Fundación tenía guardado. Y eso es importante", indicó Castaño antes de pedir a Foro que presente ya la bases de una nueva fase de la renta social.