Un joven gijonés, Francisco del Cid, acaba de poner en marcha una empresa pionera en Asturias y en España para la reforestación colectiva del planeta. O lo que es lo mismo, para facilitar a las grandes compañías que puedan desarrollar actuaciones de responsabilidad social con el medio ambiente.
Su "startup", llamada Bosquia, está especializada en el cálculo, la reducción y la compensación de la huella de carbono y lleva a cabo acciones de concienciación ambiental y repoblaciones forestales. "De lo que se trata es de facilitar a las grandes corporaciones que puedan cumplir con los objetivos medioambientales a los que empieza a obligar la ley, y de esa forma cumplir con los objetivos de reducción de emisiones", explica el joven emprendedor.
Licenciado en máquinas navales en la Escuela de Marina Civil, Del Cid decidió cambiar totalmente de tercio para dedicarse al medio ambiente "por pura vocación, porque desde siempre me ha gustado este mundo de la naturaleza y los animales". Y con el convencimiento de que "todos tenemos que colaborar con la conservación del medio ambiente, especialmente para crear conciencia", puso en marcha hace unos meses una pequeña empresa con sede en Cristasa, el vivero de empresas de la zona oeste de la ciudad.
"Cada vez son más las empresas comprometidas que quieren causar un impacto positivo en la sociedad y creemos en ése compromiso corporativo para ayudar a empresas y entidades a que lleven a cabo su implicación con el medio ambiente, a la vez que dan un valor añadido a su marca y mejoran su situación de cara a clientes y proveedores", explica el fundador de Bosquia, que ya está trabajando con varias empresas: la última ha sido la compañía portuguesa "Worten", referente del sector de la distribución de electrodomésticos y electrónica de consumo, que ha confiado en los servicios de Bosquia para iniciar una campaña en la que se plantará un árbol por cada electrodoméstico que el cliente, tras una compra, decida que la compañía retire para su reciclado. Los árboles de esta campaña se plantarán en Málaga.
Bosquia dispone de una red de viveros colaboradores en varios puntos de España con los que gestiona la compra de los árboles, "siempre de especies autóctonas, dependiendo de la comunidad autónoma de la que se trate", y la empresa se encarga de que se planten en zonas deforestadas: Málaga o el Cabo de Gata en Almería son algunas de las localizaciones en las que está trabajando, tras obtener los correspondientes permisos en cada zona. Otra red de colaboradores se encarga del cuidado de los árboles, con lo que también se potencia el empleo local.
Además, Fernando del Cid está en contacto con varias empresas "de construcción, bancos internacionales y hasta festivales de música" con quienes ha empezado a trabajar: "Ellos quieren hacer algo por la naturaleza y nosotros les facilitamos que puedan plantar árboles en zonas que lo necesitan", explica.
