El puerto deportivo se niega a limpiar, el Ayuntamiento dice que no es competencia suya y la Autoridad Portuaria echa balones fuera. Y, mientras tanto, la basura sigue flotando en el agua. Montones de botellas, bolsas, vasos de plástico, papeles y hasta vigas de madera ensucian desde principios de verano la imagen turística de Gijón. Como medida transitoria, la Policía Portuaria ha optado por vallar dos rampas próximas a la cuesta del Cholo para atajar, en la medida de lo posible, la práctica del "botellón".
El concejal de Seguridad Ciudadana, Esteban Aparicio, reconoció ayer que la acumulación de porquería entre los pantalanes "perjudica", como es lógico, la imagen de la ciudad, pero insistió en que "no tenemos competencia ni medios para actuar en el agua". Por su parte, fuentes de la Autoridad Portuaria aseguran que la limpieza de basura en el mar depende de la empresa concesionaria del puerto deportivo. Sin embargo, la directora de las instalaciones, Flor Guardado, indicó hace semanas a este periódico que la porquería que inunda las dársenas no la generan los barcos. "Nosotros limpiamos lo que nos corresponde, como manchas de hidrocarburos; para el resto no tenemos recursos", expresó.
La imagen más deplorable se vio a finales de junio tras la hoguera de San Juan. Desde entonces, la porquería continúa estancada junto a los pantalanes, aunque en menor cantidad. Lo que significa que el oleaje ha arrastrado parte de la basura hacia mar adentro, con el riesgo que ello supone para las especies marinas. El Ayuntamiento, que se reunirá pronto con la Autoridad Portuaria y la dirección del puerto deportivo para buscar una solución al problema, entiende que lo único que puede hacer es "incrementar la presión policial y continuar con las campañas de concienciación" sobre el "botellón". "En el agua carecemos de medios y eso excede nuestras competencias", señala el forista Esteban Aparicio.
El edil de Seguridad Ciudadana reconoce que la acumulación de basura en la zona de Fomento refleja "falta de civismo" y "perjudica" la imagen de la ciudad de cara al turismo. De hecho, uno de los mayores "vertederos" se ubica justo detrás de las "letronas" de Gijón, parada obligatoria para los visitantes. "Nosotros sólo podemos colaborar en la fase preventiva e incrementar los servicios de limpieza de Emulsa en tierra", recuerda Aparicio. No obstante, las campañas de concienciación no están funcionando como esperaba el gobierno municipal. La resaca de San Juan dejó 22 toneladas de basura en la playa de Poniente pese a la fuerte campaña de reciclaje que puso en marcha este año el Ayuntamiento. Los siete contenedores de vidrio instalados por el paseo sólo se llenaron el 10% de su capacidad total.
