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FERNANDO GARCÍA-RENDUELES IGLESIA | Ingeniero industrial, último propietario de El Jardín

"Un merendero que vendía bocadillos acabó convertido en una gran discoteca"

"Trajeron una jaula que habían visto en Madrid en Joy Eslava; era la época de la minifalda y los chicos se colocaban debajo a mirar a las que bailaban"

Fernando García-Rendueles. MARCOS LEÓN

Es el último responsable de la sala de fiestas de El Jardín. Lo sabe todo, aunque los tiempos han cambiado y ahora está destinado a otros trabajos. Pero sus recuerdos están ahí, vivos. Charlamos de sus inicios, cuando en aquellas tardes felices pasábamos el tiempo comiendo cacahuetes con un culín de sidra. Eran los años sesenta de nuestra juventud? Hoy ha pasado mucha agua bajo el puente.

- Defínase, por favor.

-Nací en Gijón (1980), menor de dos hermanos. Estoy soltero y sin compromiso. Mi vida ha transcurrido en El Jardín del barrio de La Pipa, en Somió. Soy hijo de Corsino, copropietario junto con mi tío Fernando de dicho establecimiento público.

- ¿Qué recuerdos tiene de su infancia?

-Muy felices, ayudábamos en los veranos, íbamos a bañarnos a la playa de Estaño, y todo era música.

- ¿Quién inició el negocio?

-Al principio fue un pequeño merendero que vendía bocadillos a la gente que pasaba camino de las playas de Estaño y La Ñora. La finca la compró mi bisabuelo, Santiago Piñera Alvargonzález, en 1898, que tenía unas hijas que se le morían y quiso edificar en el campo una vivienda que le ofreciera mejores condiciones de salud para ellas. La casa tenía dos zonas: la huerta de arriba, y el jardín de abajo. Mi abuelo tuvo ocho hijos, y cuando las cosas se pusieron difíciles, abrieron sus puertas para poner un negocio. Encargaron unas mesas de madera con bancos corridos, y vendían sidra, cacahuetes y bocadillos. Pronto empezó a acudir la juventud de Somió. Animados por el éxito decidieron poner música, y ahí estriba el repentino ascenso de El Jardín.

- ¿Los ocho hermanos intervenían en el negocio?

-Al principio, sí. Pero se fueron desvinculando y al final quedaron Fernando y Corsino al frente. Lograron indemnizar a los otros seis, y en ese momento se produce el gran arranque de El Jardín. Era el año 1973. Se convirtió en una sala de fiestas, con todos sus atributos, es decir, escenario, pista de baile, discoteca? Se metieron en una inversión muy grande para hacer la sala cubierta

- ¿Quién pinchaba?

-Los primeros fueron Fredy, Willy, y Marino. Fredy es el de "La Industrial"; Marino es el padre de Marino, el de Metrópoli; y Willy era un chico muy guapo y muy alto. Luego pasaron muchos: Daniel Rodríguez, Jorge Lastra, Joaquín Fanjul, Floro, Juanlu? El personal eran Teo y Manolín. Teo era el barman y Manolín estuvo toda la vida allí, incluso vivía en la casa.

- Pusieron una jaula?

-Sí, en un viaje a Madrid, la vieron en la sala de fiestas Joy Eslava y al llegar a Gijón le encargaron una al "ferrero" de Somió. Para la inauguración contrataron a una bailarina profesional, porque las chicas no se atrevían a subirse a ella. Luego sí, me mataban por bailar en la jaula. Cuando se puso de moda la minifalda, se colocaban debajo los chicos a mirar. Corsino, que era tan aficionado a la fotografía los tiene pillado así.

- ¿Y el concurso de Miss Jardín?

-Ocurrió desde el principio. Fue una idea de Gonzalo Vega, el fotógrafo, que también era animador. Se presentaban las chicas más guapas y era muy difícil la elección. El jurado casi siempre era el mismo, con los Nespral, Juan Amigo y Manel; éste era fijo. Se elegían varias categorías, Miss Jardín, Miss Verano, Miss Juventud... hasta había Miss Langreo, porque venían muchas chicas de esa zona. El ramo de flores siempre lo entregaba Tato Nespral, que era amigo de la casa.

- ¿Qué más novedades presentaron?

-Hubo campeonatos de feos, de twist? En los ochenta pusimos todas las luces y una antena parabólica para ver los partidos internacionales, que de aquella no se podían ver. Y el rayo láser, que vino de Palo Alto, en California, y costó varios millones.

- ¿Nunca hubo problemas?

-Sí, pero de menor importancia. Lo peor fue el accidente de mi tío Fernando, que sufrió un empujón que le produjo la rotura de una rodilla. Y a mi padre le dieron un navajazo, con la suerte que se lo detuvo el codo y la chaqueta que llevaba, si no iba directo al hígado.

- Hábleme de los conciertos, vino gente importante...

-Lo mejor de cada época. Por ejemplo, Dani Daniel inauguraba el verano. luego venían Alberto Cortez, Miguel Ríos, Serrat, Massiel, Karina, Manolo Escobar, los Surfs, los Bravos, los Mustang? Demis Roussos, Luis Mariano, Víctor Manuel, Ana Belén, Paloma San Basilio? Todos los más significados de cada época.

- Bien, y ahora, ¿por qué echan el cierre?

-Ellos ya no están, me refiero a mi padre, Corsino, y a mí tío Fernando; eran el alma del negocio. Además yo tengo una profesión que nada tiene que ver con aquello.

- ¿Y qué piensan hacer?

-Venderlo. Estamos esperando ofertas. Lo malo es que la fiesta de clausura de la Feria de Muestras siempre se celebraba en El Jardín, y ahora no sé dónde la llevarán. Era imposible seguir, por varios motivos; necesitaba reformas muy importantes, los vecinos protestaban por el ruido, hay un problema de aparcamiento?

- Así que no hay vuelta atrás?

-Por lo que a nosotros respecta, no. Los tiempos han cambiado. Aquellos autobuses cargados de juventud ya no se daban. Pienso que Emtusa debería habernos distinguido por la cantidad de viajeros que les proporcionamos.

- ¿La fiesta de despedida fue un éxito?

-Sí, rotundo. Se dividió en dos partes; por la tarde fue para los chicos jóvenes y por la noche para los seniors. Nos encontramos con todos los amigos de mi padre y de mi tío. Fue muy entrañable.

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