Es el último de una generación de humanistas que ilustraron la vida de la ciudad. Por parte de madre es descendiente de Fernández Vallín, y por parte de padre, los Ortega ocuparon un lugar destacado en la cultura social. Luis Ortega es un melómano, lee a Unamuno, le gusta el cine y a su edad sigue investigando.
- Defínase, por favor.
-Nací en Gijón (1927), tercero de cuatro hermanos. Paco, que fue médico del Hospital de la Paz; Antonio, medico endocrinólogo (ambos han fallecido), y, por último, Maruja, que era guapísima, que murió a los 51 años. Sólo quedo yo. Estoy casado con Ana Arias de Velasco, sobrina de Francisco Arias de Velasco, fundador de LA NUEVA ESPAÑA y de Radio Oviedo. Tenemos tres hijos.
- ¿Qué recuerda de su infancia?
-Hombre, de mi infancia recuerdo con tristeza y con terror la guerra. Vivíamos en la calle Instituto y ahí pasé la Revolución del 34. Me acuerdo perfectamente que avisaron a mi padre de que a un vecino le había dado un infarto y salió a atenderlo corriendo un grave peligro. Recuerdo que íbamos al refugio que había en los sótanos del Banco de Gijón y dicen que yo siempre iba llorando.
- ¿Su padre era médico?
-Sí, era el mayor de dos hermanos. Fue el fundador de la Academia de Ciencias Médicas antes de la guerra y presidente del Ateneo. Era muy inteligente, fue un autodidacta porque aprendió inglés para hacer la especialidad de Endocrinología y, poco a poco, logró ser un experto, hasta el punto de que en una ocasión dijo Marañón: "¿Por qué vienen aquí?, si en Gijón tienen a Francisco Ortega Fernández de la Granda, que es un gran especialista". Fue muy amigo de Marañón, se carteaban con frecuencia.
- ¿Usted por qué no estudió Medicina?
-Porque ya había dos médicos en casa, y además estaba loco por los perros. Mi padre hizo un experimento con perros de la misma camada, dándoles vitaminas A + D a unos, y a los otros, no. Al final los comparó entre sí, y los que trató vivieron más años y fueron más sanos y fuertes.
- ¿Conoció a "Ready"?
-Era el perro de mi tío Antonio Ortega, el escritor en cuya obra consta un libro titulado "Ready". Pero al perro no lo conocí, sí recuerdo a "Tres", lo llamó así porque fue el tercero que tuvo. La historia de Antonio Ortega fue muy triste, tuvo que exiliarse a Cuba porque era republicano. Se había doctorado en Ciencias Químicas y en 1930 obtuvo la cátedra de Agricultura. Posteriormente ostentó al cargo de consejero de Propaganda del Consejo de Asturias. En La Habana llegó a ser director de la revista "Carteles", hasta que se desilusionó de Fidel Castro y tuvo que refugiarse en Venezuela. A punto de regresar a España, a la que tanto había añorado, falleció en Caracas. Tenía 67 años. Su frase más famosa es: "Tres efes me han jodido la vida, las de Franco, Fulgencio y Fidel".
- ¿Cómo fue su paso por la presidencia de la Filarmónica?
-Fue muy breve. Fui el más efímero de todos los presidentes. Ocurre que el titular, Faustino Rodríguez Alcalde, se puso enfermo y había un candidato para sustituirle, pero no encontró suficientes apoyos y recurrieron a mí para que la Filarmónica no desapareciera.
- Es usted un melómano, ¿cuál es el estilo que más le gusta?
-El Barroco. Juan Sebastian Bach, Vivaldi, Corelli, Händel... La música llenó mi vida. Todos los días toco el piano. Pero no desprecio a ninguno, también me encantan Mozart, los compositores rusos... Y los boleros. También me gusta la música de la ópera, mi compositor favorito es Puccini.
- ¿Quién ha sido su maestro en la vida?
-Yo estudié la carrera en León, mi maestro fue el catedrático Francisco Mombiela, un aragonés.
- ¿Y su político?
-Nunca me interesó mucho la política, me asquea la corrupción. Pienso que la gente que lucha tanto por mil euros, que lo está pasando mal, con los sueldos tan bajos que hay, y ver a éstos que están forrados, como Rodrigo Rato, que nunca acaban de saciarse... Me repugna. Mi padre decía que lo importante es ser buena persona. Rajoy era muy inteligente, muy buen parlamentario, pero no miró para la corrupción. Todo su esfuerzo lo centró en la economía.
- ¿Qué piensa de Pedro Sánchez?
-Me remito a las palabras de Manuel Alcántara, que lo definió como un chulo de barrio. Muy guapito, con mucha labia, pero que no le importa nada más que el poder, caiga quien caiga. Igual que Zapatero, sólo que menos inteligente pero más canalla.
- ¿A quién vota pues?
-A Ciudadanos, Albert Rivera me parece el más centrado y el más inteligente. Un chico muy sensato y muy preparado.
- ¿Le gustan los toros?
-No, me da pena del toro. Me gusta la liturgia que encierra, pero si no le dieran muerte al toro sería un espectáculo precioso, muy artístico.
- ¿Y la música del siglo XX?
-No, no soy capaz de entenderla, me he molestado en escucharla repetidamente, por ejemplo a Stravinski, y no me dice nada.
- ¿Qué le parece esta España de hoy?
-Es tan distinta de la nuestra... Se ha perdido la educación y el sentido de la vida. Su único Dios es el dinero.
- ¿Qué cree que es la razón de su longevidad?
-La alimentación. Es como un coche, si tiene buen carburante... Siempre he comido con moderación.
- ¿Cómo está pasando el verano?
-Bien, me baño todos los días en el mar. Estos días, debido al fuerte temporal, lo hago en la piscina del Club de Regatas. Me apasiona el mar, mi padre me decía que me iban a salir escamas.
- ¿Qué le apasiona?
-La Medicina. Cuando un amigo cae enfermo, estudio su caso y elaboro un dossier para llevárselo.
- ¿Y qué no puede soportar?
-La soberbia, y la corrupción.
- ¿Qué lee?
-Soy de otra generación, me gusta Unamuno, y los autores del 98, y también Stefan Zweig, pero no me interesa la literatura sudamericana.
