Amalia Trancho Menéndez (63 años), Iris Díaz Trancho (36 años) y Malia Cepedal Díaz (2 años) son abuela, hija y nieta. Tres generaciones de mujeres que mantienen, al menos en sus casas, vivo y fuerte el asturiano. Ayer en el Muséu del Pueblu d' Asturies escenificaron su lucha por la transmisión de la llingua con una carrera de relevos en la que el testigo no fue la clásica barra cilíndrica, sino una letra: la "A" de asturiano, de amor por la tradición, de ahínco por conservar el patrimonio... "El bable y el castellano no son idiomas excluyentes, sino complementarios. Ser bilingües nos enriquece", reivindicaron las gijonesas. Su grito a favor de la cooficialidad fue compartido por 75 familias (más de 200 personas entre padres y niños), que son las que conforman la asociación cultural Reciella. Todas ellas festejaron su día, entre rayos de sol y chubascos, con literatura, juegos, comida, conciertos y baile.

La carrera por el asturiano tuvo como protagonista a la familia Trancho, pero también a "Super Llingua", encargado de poner diversión al sprint al grito de "aína, aína, entaína". Detrás de este personaje de capa azul, peluca rizosa y antifaz negro se ocultó Miguel Anxel Montenegro, otro padre comprometido con la transmisión del bable a las nuevas generaciones, en su caso a sus hijos Arián y Llume. "El mayor, Arián, ya es capaz de cambiar de registro en función de la situación. Es bilingüe", confiesa Montenegro. Esa habilidad es precisamente la que quiere Iris Díaz Trancho, autora de varios libros infantiles en asturiano, para su hija Malia. "Adquieren desde pequeñinos dos registros lingüísticos, eso supone un desarrollo cognitivo muy importante, que les facilita el día de mañana el aprendizaje de otras lenguas románicas", afirma. Y eso Malia, de 2 años, lo mamó desde la cuna. "En casa hablamos siempre en asturiano. Ahora empezó a la escuela, pero la están respetando, no la corrigen. Aunque ella ya está empezando a diferenciar los contextos en los que se habla en castellano y en asturiano", agrega su madre.

La familia Trancho difundió ayer la fuerza de la letra "A" por todo el Muséu del Pueblu d' Asturies, como en los dos anteriores lo hicieron los Prendes, de Candás, y los Fonseca, de Pola de Siero. "Lo importante no es ganar, sino llegar todos juntos a la meta", avisó "Super Llingua" antes de comenzar la carrera. Porque el objetivo de Reciella es justamente defender entre todos la llingua. Sobre todo en la zona urbana, como subraya David Coto, secretario de la junta directiva de la asociación: "Yo soy de El Entrego y aquí en Gijón notamos un corte muy brusco del asturiano. En la zona rural el uso de la llingua se mantiene más en edades tempranas". Nacio González, de Oviedo, pelea contra el olvido en su propia pasa: quiere que su hijo Xulián, de 3 años y nacido en Colombia, fale asturiano. Y lo hace. "Hasta la madre, que es colombiana, está aprendiendo a hablarlo. Le choca que el idioma de la región no sea oficial", cuenta González. La misma lucha la tiene Ana Pérez con sus hijos Selmo y Nel Rodríguez: "Es complicado mantener vivo el asturiano, pero hay que seguir intentándolo". Reciella lo hace cada día a través de sus escolinas, con sedes en Gijón, Oviedo y Candás.