"La lucha contra el acoso o es integral, o vale de muy poco". Esa es la máxima en la que ayer quiso incidir el psicólogo Andrés González Bellido en la presentación de las conclusiones del programa "Tutoría Entre Iguales", del que es coordinador, y que se implantó en una veintena de centros educativos de Gijón hace dos cursos para atajar los problemas de acoso escolar.

En este periodo, se estima que 20.000 alumnos de la ciudad, de distintos cursos de Primaria y Secundaria, pasaron por el programa. Tras este tiempo se están viendo ya los primeros resultados. El proyecto se puso en marcha "para cambiar una realidad que era cada vez más alarmante. Ahora, el clima en los centros se ha mejorado", enfatizó la edil de Educación, Montserrat López.

Una sensación que no hace más que reafirmarse al ver los datos que se desprenden del estudio realizado por la Universidad de Alicante durante tres años. El más llamativo: las agresiones físicas decrecen en los centros que se adhieren al plan "TEI" en un 52,1%. Pero no es el único. El acoso verbal decrece en un 28,8%, como también lo hacen la percepción de la depresión en un 40% y la ansiedad de los alumnos en un 16%. Todo ello respecto a los centros donde no se aplica el programa.

Por contra, aumenta la autoestima de los alumnos en un 8%, la cooperación entre ellos por encima del 28%, la integración social en un 18% o la comunicación entre familias y entorno en un 12,6%.

"Toda la población ha de remar en la misma dirección. Para parar el acoso hay que cambiar las actitudes", enfatizó González Bellido en la presentación de los datos a los responsables de los 26 centros de la ciudad que implantaron el programa "TEI", los primeros de España en recibir unas placas conmemorativas por ello.

"Si llevamos tantos años luchando contra el acoso con resultados tan catastróficos, algo estaremos haciendo mal", aventuró el coordinador del programa, que explicó que "no hemos de intervenir sobre el acoso escolar ni sobre la violencia, sino sobre la convivencia, para disminuir el nivel de conflicto".

Para que el programa siga mejorando sus datos, esta semana se comenzaron a realizar unas sesiones de formación con las familias ya que, aseveró González Bellido, "quien educa es la familia, nosotros solamente ayudamos". Una formación que anteriormente tuvieron los profesores de los centros y que también se hará extensible a los monitores tanto de comedor como deportivos, debido a que "los momentos diana del acoso se producen en los patios, en comedores y en actividades deportivas", los momentos "menos reglados" del sistema educativo.

Todo para ayudar a las víctimas, ya que "no tienen competencias para defenderse", por lo que hay que buscar "un empoderamiento real de los alumnos" para evitar que los acosadores sigan con su conducta. Para ello es importante también trabajar con el tercer perfil: los espectadores, cuyo papel pasa por "no reír las gracias, sino denunciarlas".

González Bellido auguró que "en la lucha contra el acoso escolar no hay magia posible, es un camino largo, pero que tenemos que caminar juntos".