Dieciséis años después de su creación ya es imprescindible. La tarjeta ciudadana se ha convertido en un elemento más de la vida de los gijoneses, que ya no saben salir de casa sin ella en la cartera. No en vano, el 66,3% de sus usuarios utilizan la tarjeta al menos una vez a la semana y el 35,4% lo hace a diario.

Así se desprende de una encuesta realizada a 700 personas por la empresa Alben el pasado verano, en el marco del proyecto europeo Urbact Card4all. Los datos demuestran que "la activa frecuencia en su utilización evidencia una sólida adopción por parte de la ciudadanía". Y además, lo hacen de forma convencida, ya que la nota en cuanto a satisfacción global del servicio es de 8,9.

Desde la creación del servicio en 2002 se han expendido más de 322.000 tarjetas, 30.000 de ellas para usuarios de fuera de Gijón. Se estima que mensualmente se realiza más de un millón de usos.

La utilidad más popular de la tarjeta ciudadana es el pago de transportes en las líneas de autobuses de Emtusa, utilizado por el 97,8% de los usuarios. Cabe destacar que quienes más utilizan este servicio son los más jóvenes, de entre 16 y 34 años (91,5%) y los mayores de 59 años (96,4%). Donde más se utiliza es en las zonas Este, Oeste y Gijón Sur.

A los transportes le siguen el acceso a las bibliotecas de los centros municipales o la biblioteca pública Jovellanos, y el acceso a piscinas municipales, con tasas de entre 65 y 70%.

Además, tres de cada cuatro entrevistados (77,1%) han utilizado en alguna ocasión los cajeros ciudadanos y más de la mitad de ellos entiende que el número de estas instalaciones en la ciudad es suficiente.

Así, el estudio revela que el 98,3% de los usuarios valora positivamente la tarjeta. Aseguran que "funciona correctamente, dando acceso a servicios municipales y siendo útil, práctica y fácil de usar".

No obstante, el estudio también deja entrever las sugerencias de los usuarios en cuanto a mejoras futuras. Valoran positivamente la posible incorporación de nuevos usos, como la tarjeta fidelidad que incluiría un sistema de puntos y descuentos, y los premios por comportamientos cívicos a través de la gamificación, es decir, el uso de técnicas, elementos y dinámicas propias de los juegos que fomenten la participación.

En cuanto a las mejoras necesarias a acometer, resaltan el acceso a la información sobre los otros muchos usos que posibilita la tarjeta, como los descuentos en el Acuario de Gijón, o el pago del servicio de la ORA.