-¿Es una novela histórica?
-Es una novela de aventuras con trasfondo histórico. Hay personajes de ficción, como el protagonista, pero otros que sí existieron, conocidos.
-¿Y cómo puede acabar alguien de Gijón metido de hoz y coz en la guerra civil de Estados Unidos?
-Hubo españoles que lucharon en ambos bandos de esa guerra, no sé si asturianos, y eso está documentado. Cuba y Puerto Rico, que eran colonias españolas, estaban muy cerca. No es inverosímil. El Norte recibía emigración continuamente, como muestra Scorsese en "Gangs of New York": llegaban al puerto y los embarcaban directamente, con una prima de enganche, hacia la guerra. Y en el Sur estaba, no lo olvidemos, la herencia española.
-¿Con "La casa del sol naciente" ha querido reivindicar el género de aventuras?
-Es un género que me gusta mucho. Y es también una novela de iniciación, porque arranco con la infancia y adolescencia del protagonista. Se va haciendo hombre poco a poco. Y es, como he dicho, una novela de amor. Hay un personaje femenino que aparece y desaparece; una mujer fuerte, no una remilgada señorita sureña. Y es, asimismo, una novela de guerra y de personajes. Una guerra que fue muy larga. El protagonista combate con uniforme y a veces sin él, en misiones detrás de las líneas enemigas.
-¿La figura de Lincoln le resulta simpática?
-Muy simpática. Está ahí la película de Spielberg. Un abolicionista moderado; el Sur veía en él un peligro para su sistema de vida.
-¿Y a qué personaje sureño tiene más admiración?
-Al general Lee. Tuvo esclavos, pero no era partidario de la esclavitud. Dirigió West Point antes la guerra y fue muy leal a Virginia.