Las estadísticas lo dejan claro: siete de cada diez fallecidos en un incendio mueren por la inhalación de humos. Y una mayoría de esos fallecimientos son por la noche. Unas circunstancias que convierten al detector de humos en un elemento de eficacia máxima. La potenciación de su uso es uno de los ejes de la labor divulgativa y de concienciación que se desarrollará estos días en Gijón dentro de la Semana de la Prevención de Incendios. También se repartirán unos cien detectores de humo entre familias con pocos recursos.

La Semana, cuya programación comenzó ayer para extenderse hasta el día 31, vincula a los bomberos locales con la Fundación Mapfre y la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB). Los escolares y los mayores son los grupos en los que se centra ese trabajo de formación en prevención a través de acciones divulgativas en colegios -hay concretadas visitas a 14 que movilizarán a unos 500 escolares-, asociaciones de vecinos y grupos fr mayores.

La programación incluye dos acciones singulares. Una este miércoles en el teatro Jovellanos con la presentación de la obra "Dos pillos y un bombero" y un simulacro de evacuación del teatro y otra el viernes con la transformación de una parte del Palacio de Deportes en el denominado parque de la prevención con enseñanzas de autoprotección en caso de incendios sobre una recreación de una casa en 400 metros cuadrados

Gijón lleva vinculada 13 años a esta iniciativa social que ahora se desarrolla en 35 ciudades. La presentación, ayer en el Ayuntamiento, estuvo marcada por el luto en el sector tras la muerte de un bombero en Málaga.