Lejos de causar alivio, la confesión de Rubén Á. H. ha provocado el rechazo frontal de la familia de Germán Fernández al entender que el único objetivo de esta declaración es la de obtener "una reducción de su posible condena". "Estoy que me llevan los demonios, indignada y enfadadísima", asegura la madre del camarero gijonés, Yolanda Fernández, que confía en que el juez instructor no permite la salida de prisión de los otros tres encarcelados por estos hechos. "Espero que no les suelten", confía.

Yolanda Fernández supo de la confesión de primera mano, gracial al abogado que les representa como acusación particular. No le supuso ninguna sorpresa. "Sabíamos desde hacía tiempo que había sido él, pero no me creo que solo haya sido él", expone Yolanda Fernández, que no acepta las disculpas del agresor de su hijo. "Ha pedido perdón, pero para mí eso es nada; yo no le voy a perdonar ni quiero que me pida perdón porque no me creo nada, a mí me ha destrozado la vida", responde como portavoz familiar, que sigue sin creer que "no quisiese hacer daño a mi hijo".

"Recuperar su vida"

La parte positiva es la notable mejoría de su hijo, al que "cada día se le entiende mejor, quiere saber y está todo el día preguntando sobre lo que le pasó; va haciéndose a la realidad del día a día e intenta recuperar su vida". Germán Fernández volverá este miércoles al centro de rehabilitación de Madrid en el que trata de recuperarse y allí permanecerá hasta el 20 de diciembre. "Siempre supe que saldría adelante", celebra Yolanda Fernández.