El gijonés de 56 años procesado por vender cocaína y hachís desde su ventana de casa, en el barrio de La Calzada, utilizando una caña de pescar y una pelota de tenis reconoció esta mañana la comisión de un delito contra la salud pública y aceptó la pena de tres años de cárcel y el pago de una multa de 10.000 euros. Su condición de adicto a las sustancias estupefacientes y la confesión motivó ayer una rebaja de la Fiscalía, que pedía 5 años de cárcel inicialmente.

El condenado, de iniciales J. A. M. P., fue descubierto por una patrulla policial cuando entregaba un pedido a uno de sus compradores. El hombre lanzaba la pelota de tenis enganchada al sedal de la caña de pescar y esperaba a que el comprador introdujese el dinero. Una vez había cobrado volvía a lanzar la pelota pero con la drogada solicitada. Pese a la condena, su letrado intentará lograr la suspensión de la pena y evitar el ingreso en prisión.