Llovió pero los vecinos de Veriña se lo pasaron en grande igual. El nuevo tendejón del bar de la asociación les "salvó" ayer la romería. Así lo asegura la tesorera del colectivo vecinal, María Jesús Fernández, que colaboró con el pinchoteo con una tortilla hecha en casa: "Pasamos una jornada de convivencia muy guapa. En eso consistía, porque el presupuesto no nos da para más". Pese a las dificultades económicas, las fiestas de San Martín de Veriña también tienen su encanto: en momentos de orquesta y botellón, en la parroquia gijonesa se lleva la subasta de productos asturianos, la rifa del cordero y la misa.

La nueva cubierta, anexa al bar de la asociación, fue remodelada y ampliada un metro más respecto a la original este mismo año. Fue una obra modesta, pero muy necesaria, donde los vecinos pudieron resguardarse ayer del chaparrón. Tras la celebración de una misa solemne a la una del mediodía -la procesión no pudo salir por la lluvia-, la romería se trasladó al tendejón, donde tuvo lugar la rifa del cordero y una subasta de productos asturianos. El encuentro vecinal se alargó no obstante hasta las cinco de la tarde. "La junta directiva de la asociación habíamos preparado un pinchoteo con platos elaborados en casa. Yo por ejemplo llevé tortillas, otro empanada, otro tarta de manzana...", explica María Jesús Fernández, ilusionada por la inauguración el próximo viernes del nuevo local social de Veriña. "Llevábamos años reivindicándolo y por fin lo tenemos", apunta. La puesta de largo de la sede tendrá lugar a las siete de la tarde en la calle Editor Silveiro Cañada, número 16.

Los vecinos de San Martín de Huerces también celebraron ayer su particular fiesta con una comida en la sidrería La Carbayera de Granda en homenaje a sus mayores.