Un hostelero gijonés de 53 años ha sido detenido, y su bar clausurado, por vender sustancias estupefacientes en su establecimiento, ubicado en el barrio de Pumarín. Tras una investigación de la Policía Nacional, que nació a raíz de las denuncias de varios vecinos, también se pudo detener a otro individuo, de 36 años y origen marroquí, y al que se le acusa de suministrar el hachís al empresario. Ambos tenían ya antecedentes relacionados con el tráfico de drogas.

Varios vecinos del barrio de Pumarín alertaron a la policía, cansados de los "intercambios sospechosos" que se observaban con frecuencia en el interior de un establecimiento hostelero. Estos avisos motivaron un dispositivo de vigilancia y control ante el bar que desarrollaron agentes del Grupo de Estupefacientes de Gijón. En poco tiempo lograron tramitar varias actas de incautación de drogas, en concreto hachís, a los consumidores habituales que acudían al bar con notable periodicidad. Estas incautaciones, de pequeñas cantidades, vinieron a confirmar la denuncia verbalizada por los vecinos del barrio.

Las labores policiales, entonces, se enfocaron a averiguar la identidad del proveedor de esta sustancia al dueño de comercio, que ya en el año 2017 había sido arrestado por la Policía Local de Gijón, también por distribuir hachís. Otro de los puntos a desvelar era quién se encargaba de realizar las entregas de esta sustancia ilícita a los clientes, y que se llevaba a cabo en unos jardines situados en la parte trasera del establecimiento. También allí, en un canalón, estaba escondida la mercancía estupefaciente, mientras que diversas anotaciones de pagos y clientes se encontraba bajo la barra del bar.

Inspección del local

Tras confirmar el tráfico de drogas en el bar, los investigadores realizaron "un operativo para desmantelar el foco activo de venta de drogas", según explican fuentes policiales, coincidiendo el día y hora en que hostelero y proveedor de hachís se encontraban en el interior. Una vez dentro procedieron a detener a ambos individuos como presuntos autores de un delito contra la salud pública.

En el registro del bar, los investigadores hallaron varios trozos de hachís, una libreta de anotaciones que confirmaban y constataban las ventas realizadas y las cantidades tanto pagadas como adeudadas por los clientes, lo que reflejaba "una contabilidad paralela, ajena a la actividad del local", según informan desde la comisaría de El Natahoyo.

Al tiempo, se ha propuesto el cierre del local ante Delegación de Gobierno por la actividad ilícita que se llevaba a cabo en el interior.