Aunque el lado más vil de la raza humana goce de protagonismo en "Exequias", la nueva novela de la gijonesa Cuca Alonso, en la trama final del libro el bien logra vencer a la maldad. Así lo explicó ayer la propia autora en el Ateneo Jovellanos, sede de la presentación de este nuevo libro, que además de con varias decenas de lectores contó con la presencia de su editor e hijo Manuel Vega-Arango Alonso, con Luis Rubio como moderador y con Francisco García, director de LA NUEVA ESPAÑA de Gijón, que hizo una primera valoración de "Exequias".

La escritora, que va ya por su quinta novela publicada, profundiza en este nuevo trabajo en la psicología de los personajes y persigue un objetivo principal: la reflexión de sus lectores. Según Alonso, la sociedad contemporánea está perdiendo los valores que más la enriquecen, como la integridad y la ética, y las está sustituyendo por una vorágine consumista basada "en la opinión fácil y los titulares aislados". "Cada vez leemos menos y por eso cada vez somos más fáciles de manipular", lamentó. Su novela, aunque pone de manifiesto esta superficialidad de los nuevos tiempos -uno de los personajes se casa con Elisa, la protagonista, para poder gestionar el entidad bancaria que regenta su padre-, se desarrolla de tal forma que su lectura "deja un sabor dulce" y los buenos valores, que todavía no se han perdido del todo, son los que acaban imperando. García, como ejemplo de esta idea, aseguró que una de las mejores escenas del libro es cuando Elisa, "en un arranque de dignidad", se deshace de las cenizas de su ya difundo marido. "Yo la novela la hubiera terminado ahí. Habría sido un final rotundo", aseguró, aunque alabó también -y sin dar pistas- el verdadero final con el que Alonso remata "Exequias".

Hay otros dos componentes clave en este nuevo libro de la veterana cronista de LA NUEVA ESPAÑA: la música y la feminidad. El primero, según García, surge como una cuestión del gusto de la autora y ayuda a ambientar una novela que se mueve por esferas sociales altas y recatadas. El segundo, por su lado, viene a reafirmar una costumbre literaria de la escritora: las mujeres como protagonistas. Es por esto que Alonso adjudica a buena parte de los personajes masculinos características que tanto detesta y pone el foco en Elisa, quien deberá luchar por su justa libertad y superar la trágica muerte de varios seres queridos. "Yo creo que esta es una novela dulce porque en ella hay personas muy buenas y porque la muerte, en realidad, es una consecuencia más de la vida. No he escrito un libro triste y no se os va a quedar un mal sabor de boca porque la justicia, al final, vence", sentenció Alonso.