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Unos jóvenes en coche se negaron a llevar al hospital al niño que se atragantó con una uva

"Dijeron que no querían líos y se fueron; eran gente sin corazón", lamenta la vecina que auxilió al pequeño fallecido durante la Nochevieja

Unos jóvenes en coche se negaron a llevar al hospital al niño que se atragantó con una uva MARCOS LEÓN

Unos jóvenes que circulaban en coche por una de las calles cercanas a la vivienda de la familia de Thiago Leonel Guamán Bustos -el niño de tres años que murió atragantado con una uva esta pasada Nochevieja en el barrio de El Natahoyo- se negaron a prestar ayuda al pequeño cuando la madre y una vecina se lo pidieron a gritos para evitar la tragedia. "No podemos, no queremos líos", respondieron, según los testigos, antes de poner el coche en marcha y desaparecer del lugar mientras el pequeño permanecía en brazos de su madre, ya con sangre en la boca. "Mucho coche de lujo, pero es gente que no ttiene corazón", asegura la vecina del barrio que se dio de bruces con la tragedia cuando paseaba a su perro y no dudó en ayudar.

Viviana Bustos salió de su casa aterrorizada, con su hijo en brazos al ver que el niño no respiraba y que no era capaz de auxiliarle. Comenzó a pegar gritos y a buscar ayuda. Giró a la izquierda, por la calle Dos de Mayo -perpendicular a la calle Independencia- y llegó hasta la esquina del camino de la Fábrica de Loza, paralela a la casa de la familia del pequeño. Allí, la madre, nerviosa por la situación y ante sus vanos intentos por lograr auxilio, se desvaneció y quedó sentada en el bordillo de la acera. Una mujer, vecina de la calle Dos de Mayo, hacía apenas unos minutos que había bajado a pasear a su perro y se acercó sin dudarlo. "Serían las doce y diez minutos de la noche; vi a la madre gritando desesperada, le pregunté y luego, una manta que yo llevaba se la puse encima al niño; no es nada agradable vivir algo así", asegura esta vecina -prefiere ocultar su nombre y rostro para evitar problemas y comentarios en el barrio- que fue la primera en atender al pequeño y a sus familiares.

Mientras atendía al niño vio cómo pasaba un coche por el camino de la Fábrica de Loza y fue a pedir socorro. "Me puse delante, pero tuve que llamar varias veces al cristal de la ventanilla para que me atendiesen", expone esta vecina. "Les dije que se llevasen al niño al hospital, que se estaba muriendo, pero no quisieron saber nada, que no podían", lamenta. "Dijeron que esperásemos a los sanitarios, que ellos no querían líos y se fueron", confirma esta mujer, que quedó perpleja ante esa respuesta.

Según su testimonio, iban varias personas en el vehículo, al menos tres, y vestidas con trajes de fiesta. "Mucho coche de lujo, pero no tenían corazón, o ya me dirás; porque no es que fuera un borracho tirado en la calle, les dije que era un niño pequeño el que se estaba muriendo en los brazos de su madre; no lo puedo entender", lamenta todavía afectada por lo vivido. "Qué pena no haber apuntado la matrícula del coche, porque la negación de auxilio debe ser delito", reflexiona esta mujer que tiene claro que "los 'probes' tenemos que ayudarnos entre nosotros, porque está visto que los ricos, los de bombín y traje de fiesta, no son capaces de auxiliar a un niño que se está muriendo".

El otro aspecto en el que ha querido incidir esta vecina del barrio, de la calle Dos de Mayo, es la tardanza de los equipos de emergencia. "Llegaron primero los policías, que al principio dijeron que había que esperar a la UVI móvil, pero tanto les insistimos que al final optaron por meter al niño en el coche y tirar para el hospital de Jove", recuerda la mujer. No obstante, "desde que yo les vi hasta que la policía se llevó al niño pasaron cerca de veinte minutos", asegura esta mujer. Justo cuando la patrulla policial ponía rumbo al hospital llegó una UVI móvil del Sespa. "Ya estaban pasando el semáforo los policías cuando llegó la UVI", confirman los testigos de los hechos.

Pese a la tardanza de los servicios sanitarios, que ya puso ayer de manifiesto la propia Viviana Bustos, la Consejería de Sanidad del Principado de Asturias declinó ayer hacer valoraciones sobre el fallecimiento del pequeño Thiago Leonel Guamán Bustos.

Funeral en El Natahoyo

La parroquia de San Esteban del Mar, en El Natahoyo, acogerá esta tarde una misa funeral en recuerdo de la víctima mortal. Será a partir de las 17.30 horas y estará oficiada por José Alonso Rodríguez, al encontrarse el actual párroco del templo, Manuel Rodríguez Carrera, de viaje fuera de la ciudad. Antes de salir de Gijón, el sacerdote visitó a la familia Bustos en el tanatorio.

El fallecimiento del pequeño ha sobrecogido a toda la ciudad, especialmente a sus convecinos del barrio de El Natahoyo. "Mi más sentido pésame para la familia, lo siente todo el barrio muchísimo, y todo Gijón", asegura Álvaro Tuero, presidente de la asociación de vecinos "Atalía".

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