Las más de cincuenta camas supletorias con las que amaneció ayer el Hospital de Cabueñes obligó a la gerencia del centro a reabrir en el turno de tarde la segunda planta par del edificio, cerrada desde verano, como viene siendo habitual, por la poca carga asistencial de los meses estivales. Aunque los médicos descartan que el pico gripal haya llegado todavía a la ciudad, la bajada de las temperaturas sí que complicó en las últimas semanas el funcionamiento normal del centro. "Nos hubiese gustado poder habilitar antes la planta cerrada, pero nos ha costado mucho contratar al personal. Tuvimos que cubrir los puestos de los empleados de vacaciones y en la bolsa de empleo de Enfermería no había personal suficiente para las dos cosas", explicó el gerente del área sanitaria y del hospital gijonés, Miguel Rodríguez.

A las seis de la mañana del día de ayer el hospital tenía instaladas 53 camas auxiliares, 39 de ellas supletorias (utilizadas para triplicar las habitaciones para dos pacientes) y otras 19 de las denominadas "camas D" (que son las que sirven para doblar las habitaciones amuebladas para acoger a solo un paciente). Cabueñes se ha visto en situaciones similares en las últimas semanas. El jueves de la semana pasada, sin ir más lejos, el centro tuvo que habilitar otras 39 camas de refuerzo y otras 24 al día siguiente. La gerencia del hospital, no obstante, explica que el amplio número de altas médicas ayudó a que, al término de cada jornada, la mayor parte de las habitaciones del edificio acogiesen solo a los pacientes para las que están pensadas. "Hasta esta semana no hemos podido completar los contratos de Enfermería que necesitábamos para reabrir la planta y esa fue la principal razón por la que hemos aguantado tanto con ella cerrada, pero también es importante señalar que, en realidad, el problema de las camas supletorias de estas semanas ha ido en picos y nosotros dijimos desde el primer momento que abriríamos la parte cerrada cuando la necesidad fuese constante y no solo puntual", concretó el gerente.

La segunda planta par de Cabueñes, que comenzó a acoger a pacientes del resto del edificio a las 15.00 horas (el equipo de Recursos Humanos consiguió cerrar el nuevo equipo de empleados a alrededor del mediodía), es la encargada de acoger a pacientes de Ginecología, Oncología y Hematología. Según explicaron ayer los trabajadores, los usuarios de la primera área citada se trasladaron en los últimos meses a la planta de enfrente, la segunda impar, dedicada a la sección de Tocología. Los pacientes de las otras dos se redistribuyeron por el resto de plantas. En cuanto al problema para encontrar personal, las mismas fuentes explican que para reabrir la zona se necesitaba contratar a un equipo de once enfermeras (trabajan tres en el turno de mañana, dos en el de tarde y dos en el de noche) y ocho auxiliares (dos para el turno de mañana, dos para el de la tarde y otro para el de la noche).

Pese a que la planta recién abierta cuenta con 28 habitaciones, los sindicatos alertaron ayer de que el "delicado" estado de salud de buena parte de los ingresados seguiría retrasando las altas médicas, lo que provocará que instalen más camas auxiliares. El gerente, por su lado, matizó que en las plantas con habitaciones triples se había reforzado el personal. Es el caso de la séptima impar, planta dedicada a Medicina Interna y que, según los sindicatos, cuenta estos días con empleados de apoyo. Lamentaron, no obstante, que otras zonas igual de afectadas como Cirugía General o Traumatología sigan con el mismo personal de siempre y una carga de trabajo "insostenible".