La reunión extraordinaria del patronato de la Fundación Laboral Centro de Arte y Creación Industrial, que se celebró ayer en las instalaciones de Cabueñes, fue menos plácida de lo esperado. La representante del Ayuntamiento de Gijón, Inés Mallada, votó en contra de la modificación de los estatutos de la entidad después de criticar que había recibido el nuevo texto apenas veinticuatro horas antes de la convocatoria, en un día festivo, aseguraron fuentes conocedoras del debate.

Mallada, que ostenta la representación municipal gijonesa en el Centro de Arte con el respaldo de Foro pese a pertenecer a Xixón Sí Puede, justificó sus críticas y su propuesta de posponer el debate sobre los cambios presupuestarios en que le parecía fundamental conocer antes la opinión de los servicios legales y jurídicos del Ayuntamiento de Gijón, según la versión antes citada.

El patronato, que preside el vicenconsejero de Cultura del Principado, Vicente Domínguez, aprobó por mayoría la propuesta de modificación estatutaria, pese al voto en contra de Mallada y a que en los últimos meses han arreciado las críticas por la posible opacidad con la que se toman algunas decisiones en una institución fuertemente subvencionada con dinero público.

La Consejería de Cultura no hizo comunicado alguno, al menos antes del cierre de esta página, sobre los acuerdos adoptados por el patronato. Tampoco sobre los cambios legales -con mayor peso en las decisiones para el Principado y el Ayuntamiento de Gijón- a que obliga la mayor financiación pública de las instalaciones de Cabueñes.

La directora gerente de Laboral Centro de Arte, Lucía García, tampoco quiso hacer aclaraciones sobre los contenidos de esa reunión extraordinaria bajo el criterio de que debates y acuerdos entran en el campo de la confidencialidad. Y eso que las ayudas con dinero público al citado equipamiento se elevaron el año pasado en 300.000 y 150.000 euros, aportados respectivamente por el Principado y el Ayuntamiento de Gijón. "Es un trabajo que lleva tiempo", se limitó a decir la directora.

Laboral Centro de Arte, que se inauguró el 20 de marzo de 2007 como la gran referencia asturiana de las nuevas manifestaciones artísticas relacionadas con las innovaciones tecnológicas, tiene problemas de financiación desde hace años. Unas insuficiencias económicas que se agravaron con la crisis económica, que provocó un importante recorte presupuestario del Principado, y con la deuda de dos millones de euros que mantiene con el Ministerio de Industria. También por las obligaciones con algunos trabajadores despedidos, consecuencia de sentencias judiciales en contra de Laboral Centro de Arte. Y, además, por la retirada de importantes contribuciones que venía haciendo el sector privado.

Esa coincidencia de factores desfavorables obligó a un drástico recorte en la actividad de Laboral Centro de Arte, con menos días de apertura al público y una evidente merma de la oferta expositiva de la instalación, que llegó a ser brillante y captar la atención de la crítica especializada y la de los aficionados.

Sin los nuevos compromisos económicos del Principado y del Ayuntamiento de Gijón, que suponen un importante balón de oxígeno y se mantendrán en el tiempo hasta que el Centro de Arte pueda sanear la deuda, Laboral estaba condenada al cierre más pronto que tarde. En 2018 tuvo un presupuesto inicial de 1,6 millones, contabilizados los 600.000 euros regionales y los 20.000 municipales, más una importante ayuda europea.

Todas las fuentes consultadas dan por seguro que con el aumento de las aportaciones públicas se abre un camino para la viabilidad del Centro de Arte. Habrá que esperar a la reunión que su patronato tiene previsto celebrar el próximo día 22, cuando se analizará y aprobará, si procede, un plan de actividades para 2019.