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Jornada de acogida a los nuevos alumnos de la Politécnica de Gijón en el presente curso académico.JUAN PLAZA

Siete de cada diez ingenieros encuentra empleo al año de su graduación

Los profesionales de las carreras técnicas que se imparten en Gijón mejoran la inserción laboral de los universitarios de la región, que retrocede al 45%

La escasez de profesionales en las llamadas disciplinas STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) es un problema global al que no escapa el tejido productivo de Asturias pero ese déficit presente en el mercado de trabajo se traduce en unas altísimas perspectivas de inserción laboral para los titulados. Siete de cada diez ingenieros ya está trabajando al año de graduarse, un porcentaje que eleva, con mucho la media de la Universidad de Oviedo. Un estudio del Vicerrectorado de Acción Transversal y Relaciones con la Empresa señala que, de media, un 45% de las personas graduadas en el curso 2015-16 ya estaban trabajando al cumplirse un año de la finalización de su etapa universitaria. Los ingenieros, sin embargo, elevan esa estadística hasta el 70%. Las disciplinas de Ingeniería Eléctrica y de Software son las que arrojan mejores resultados. Y en los másteres de Telecomunicación e Informática existe un cien por ciento de inserción laboral al año de terminar los estudios. "Sus perspectivas laborales son excelentes", asegura la vicerrectora Eugenia Suárez Serrano tras revisar los datos de las encuestas de tres ejercicios consecutivos.

El trabajo del vicerrectorado, en este sentido, pasa por evaluar también la evolución del mercado laboral para adaptar oferta y demanda. "El mercado está en permanente evolución y, por lo tanto, la Universidad debe adaptarse a las nuevas necesidades", subraya Suárez Serrano, quien es partidaria de "profundizar en el conocimiento sistematizado de las necesidades de los empleadores y de sus niveles de satisfacción con nuestros egresados" .

Tomando como base el proyecto Tuning Education Structures in Europe para la selección de las competencias y su clasificación, la Fundación Everis, apunta a ocho competencias esenciales según los empleadores. Y en esas competencias, las ingenierías están especialmente bien valoradas en conocimientos específicos, capacidad de aprendizaje, adaptación al cambio y orientación a resultados. Sin embargo, frente a otras ramas se encuentran peor en habilidades interpersonales y de comunicación, trabajo en equipo y habilidad para trabajar en entornos multiculturales.

Para la responsable académica del área de relaciones con la empresa, la Universidad debe encontrar un equilibrio entre las competencias más específicas y las más generales e instrumentales, tanto a través de la innovación docente como por medio de programas transversales que potencien esas habilidades más difíciles de conseguir en las aulas. "Además de la consolidación de las prácticas externas, en lo últimos años, hemos ido actualizando nuestras metodologías docentes pero también hemos lanzado nuevos programas en colaboración con otras instituciones y empresas, que potencian el talento de nuestros estudiantes, en entornos multiculturales e interdisciplinarios", especifica Suárez Serrano.

Habida cuenta de que muchos de los desafíos a los que se enfrenta nuestra sociedad están vinculados a la ingeniería, las perspectivas laborales de los egresados son satisfactorias, coinciden los responsables universitarios. Según la Encuesta a las empresas españolas sobre empleabilidad de los recién titulados 2017, la Ingeniería Industrial y la Ingeniería Informática estarían en los primeros puestos de las contrataciones junto con Dirección de Empresas, a la que también tienen acceso numerosas personas egresadas en Ingeniería.

Abandono

En relación con la tasa de abandono, tan controvertida en los estudios de ingeniería, la vicerrectora de Acción Transversal y Cooperación con la Empresa explica que la Universidad de Oviedo ha experimentado ligeras mejorías, pues para los que ingresaron en el curso 2014-15 fue del 35% frente al 42% de los que ingresaron en 2011-12. "Por término medio, el abandono en las ingenierías es el más elevado de todas las ramas de conocimiento, alcanzando cifras superiores al 45%", reconoce Suárez Serrano. Porcentaje que cambia radicalmente a la hora de fijarse en su inserción laboral. Los responsables académicos reconoce que, además de las dificultades que puedan entrañar estos estudios de carácter técnico, también es cierto que en los índices de abandono se incluye a las personas que cambian de una ingeniería a otra, algo que es relativamente común entre estas carreras pues comparten los dos primeros cursos. "El diseño de nuestras titulaciones, que facilitan la movilidad entre grados de la misma rama de conocimiento, está teniendo un efecto negativo sobre las tasa de abandono frente a otras universidades. En nuestra opinión, la movilidad entre títulos es positiva y enriquecedora, y no debería considerarse un abandono de los estudios", apunta Suárez.

Con independencia de esos resultados, la valoración que se hace por parte de los empleadores de las prácticas externas de los titulados asturianos es elevada, continúa la vicerrectora, "y también es positiva su valoración respecto a los empleados egresados de la Universidad de Oviedo. Pese a que la fuga de talentos es evidente en Asturias, nuestro tejido industrial tiene entre sus principales impulsores y puestos de responsabilidad a titulados de la Universidad de Oviedo".

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