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Por la izquierda, Francisco Pardo, Luis Alija, Estrella García y Antón Caamaño, en los arcos de la calle de Marqués de San Esteban, antes de la tertulia.JUAN PLAZA

Las tertulias de Fomento

La escena asturiana está que arde

Los profesionales del teatro y la danza, que exigen la dimisión de la cúpula de Cultura, piden un plan estratégico que evite el colapso de un sector con 200 trabajadores

No se suspenderá la función, como en la canción "Cómicos" que Víctor Manuel popularizó a mediados de los años setenta, cuando las gentes del teatro se pusieron en huelga porque preferían "morir de pie" a ser meros bufones en la corte milagrera de la subsistencia diaria. Al menos, de momento. Pero el volumen del enfado de los profesionales de la escena asturiana ha subido varios decibelios en los últimos meses. Un malestar que se manifestó abiertamente, sin tamices, en la entrega del pasado 1 de febrero en el Jovellanos de los "Oh!", gala y fiesta que celebran anualmente, desde hace una década, los trabajadores del teatro y la danza en el Principado.

El presidente de Escenasturias, la asociación que organiza esos premios y a la que pertenecen treinta de las casi cincuenta compañías profesionales registradas en Asturias, acusaron a la Consejería de Cultura de atizar una política que supone una grave amenaza para un sector del que dependen unos doscientos profesionales. Su presidente, Luis Alija, responsabilizó a los responsables de la política cultural del Principado de perpetrar un "ataque brutal" contra el teatro y la danza que se hacen en Asturias.

El Viceconsejero Vicente Domínguez, que subió a las tablas del Jovellanos a entregar uno de los premios, tuvo que escuchar una salva de pitidos. Los teatreros, que han pedido su dimisión y la de su jefe, el Consejero Genaro Alonso, están muy enfadados por una serie de medidas adoptadas por el Gobierno autonómico. Consideran que suponen en la práctica el desmantelamiento del circuito teatral asturiano y el estrangulamiento del sector desde la misma Administración regional. El director, actor y dramaturgo Jorge Moreno llegó a pedir desde el escenario del coliseo gijonés la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española, de tanta polémica en Cataluña. Ironías aparte, la reclamación de Moreno da pistas sobre los niveles de indignación entre los profesionales del coturno. Resumidamente: la escena asturiana está que arde. Y sus profesionales afirman que la Consejería de Cultura alimenta las llamas con la gasolina de sus decisiones.

LA NUEVA ESPAÑA ha reunido, en una de sus "Tertulias de Fomento", a cuatro representantes de las artes escénicas asturianas para tratar de dilucidar las causas de la protesta de este sector variopinto, bullente, y ver las posibles soluciones. El encuentro, que duró hora y media, permitió confirmar que entre esos profesionales hay, en efecto, un creciente sentimiento de innecesaria e injusta agresión hacia uno de los nervios culturales del Principado. Temen que la insistencia en las políticas diseñadas para la escena asturiana acaben por dejar sin teatro y sin espectáculos de danza a los asturianos que no viven en Gijón, Oviedo y Avilés. En el debate, muy vivo por momentos, participaron el mencionado Luis Alija, así como la coreógrafa, bailarina y directora de "Zig Zag Danza" y del Espacio Escénico "El Huerto", Estrella García. Su compañía fue la gran triunfadora en la última gala de los "Oh!". También el director Antón Caamaño, portavoz del alumnado del antiguo Instituto del Teatro y de las Artes Escénicas del Principado (ITAE), en lucha por el reconocimiento de sus títulos, y el profesor de la Escuela Superior de Arte Dramático y Profesional de Danza del Principado (ESAD), Francisco Pardo. Cuatro cualificadas voces para tratar de entender la situación.

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