Las últimas cifras sobre criminalidad del Ministerio del Interior ponen sobre la mesa un hecho muy claro: la violencia sexual, como sucede con la de género, no está aminorando. En el último ejercicio se incrementaron un 17% las agresiones sexuales en la ciudad, que incluye tanto los delitos contra la libertad e indemnidad sexual como las agresiones con penetración. Fueron 104 las registradas el pasado año frente a las 86 de 2017. No obstante, es Oviedo entre los grandes municipios asturianos el que lidera la estadística de la región, con 134 casos en 2018 y un incremento del 44% con respecto al ejercicio anterior.
Los delitos más comunes contra la libertad e indemnidad sexuales son la agresión sexual (violación), el acoso y los abusos sexuales, aunque incluye igualmente figuras como el exhibicionismo o el delito de prostitución. Cabe destacar, no obstante, el descenso de las agresiones sexuales con penetración: con un salto de 7 a 3, en Gijón, entre 2017 y 2018 pero en Oviedo aumentaron un 200%, pasando de dos a seis violaciones en un solo ejercicio.
Langreo y Mieres, los otros dos municipios de más de 30.000 habitantes recogidos en la estadística del Ministerio del Interior, arrojan una evolución muy similar a Gijón: retroceden en todos los delitos sexuales, con la única excepción de la agresión con penetración que en Mieres evolucionó de dos a tres casos entre 2017 y 2018. Si se pone el foco sobre el conjunto de la región el incremento es más bajo, un 5,3% de media y se reducen las violaciones un 15%.
Pese a campañas como la desarrollada el pasado verano en Asturias, en el Instituto de la Mujer cunde la preocupación por un problema que consideran estructural -y no exclusivo del Principado- que tampoco puede centrarse solo en la época estival, pero la realidad es que los datos reflejan más casos en estas fechas y es que la coyuntura es más específica por las festividades y las vacaciones de las mujeres -una mayoría de las víctimas- que conviven más con sus agresores.
"Voces contra las agresiones sexuales" era el nombre de la campaña de coordinación profesional y concienciación social puesta en marcha por la Delegación del Gobierno en Asturias, el Instituto Asturiano de la Mujer y la Federación Asturiana de Concejos el pasado verano para evitar, denunciar y atender a las víctimas cuando se presencia o se tiene conocimiento de una agresión. Pedir ayuda a la Policía Nacional (091), a la Guardia Civil (062) o al Servicio de Emergencias del Principado (112), así como no contaminar las pruebas ni alterar el lugar de los hechos son algunas de las principales recomendaciones en los casos de delitos sexuales. La iniciativa se lanzaba con motivo del aumento de riesgo asociado a las aglomeraciones por las fiestas estivales pero con vocación de continuidad ya que la lucha contra la violencia sexual requiere "trabajar todos los días", reivindicaban sus impulsores, para poder detectar así casos ocultos en el ámbito de la pareja, familiar o laboral. Los expertos coinciden en la de campañas para reforzar la idea del "no es no". El camino para conseguir la erradicación de este tipo de delitos pasa fundamentalmente por trabajar en la sensibilización, coinciden varias fuentes consultadas.
Bien distinto el análisis global que realizan de esta estadística desde los organismos oficiales. Según los datos difundidos esta misma semana por la delegada del Gobierno, Asturias registró en 2018 la tercera tasa de criminalidad más baja de España, a la vista de las cifras recogidas en el Balance de Criminalidad del Ministerio del Interior. Dicho índice indica que en la región se registraron, durante el pasado año, un total de 26.453 infracciones penales, lo que se traduce en un índice de 25,7 frente al 24,8 (25.652 infracciones) de 2017.
