La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La nevadona que paralizó Gijón

Se cumple el 75.º aniversario del gran temporal de febrero de 1944, que interrumpió el tranvía, cerró el Mercado y dejó ver esquiadores en Jove y Somió

El primer tramo de la calle Corrida durante la nevadona.

En Gijón se recuerda como mítica la nevada de febrero de 1944. Se recuerda porque la prensa gijonesa se ocupó ampliamente del tema, y además en ese año ya había muchos gijoneses que tenían cámara de fotos, "infinidad de personas provista de máquinas fotográficas aprovecharon la ocasión para plasmar el pintoresco paisaje". Con toda seguridad no sería la mayor en la ciudad, años antes hubo otras mayores, pero sí que fue la más documentada hasta ese momento. "La nevadona" ocurrió ahora hace tres cuartos de siglo.

Legendarias fueron otras nevadas en Asturias y al tema dedicó su tesis doctoral, leída en noviembre de 2018, la geógrafa Cristina García Hernández, "Grandes nevadas y eventos asociados en Asturias: su impacto a lo largo de los siglos XIX y XX". Por ejemplo en febrero de 1888 hubo en Asturias una nevada impresionante, sobre todo en la zona de Ponga y Cabrales, que duró desde los últimos días de febrero hasta ya comenzado abril de aquel 1888. La nieve alcanzó los cinco metros, hubo numerosas desgracias personales y provocó la muerte de miles de cabezas de ganado. "La muerte blanca" llamó la prensa a aquella gran nevada.

La nevadona en Gijón en febrero de 1944 fue otra cosa, no hubo muertos pero paralizó la ciudad. Empezó a las cuatro de la madrugada del martes 22 que era Martes de Carnaval aunque en esos años no se celebraba oficialmente el antroxu. Se prolongó la nevada durante un par de días, se interrumpieron las líneas de tranvía, y el Mercado del Sur estuvo casi vacío al no poder acudir los vendedores de las aldeas cercanas. El alcalde Mario de la Torre dictó un bando que publicó la prensa el día 24 en el que, entre otras cosas, recordaba que los vecinos de los pisos bajos tenían que despejar de nieve frente a su portal. De hecho unos días más tarde se hacían públicas multas de 20 pesetas a diversos comerciantes por esa causa.

Se vieron esquiadores en Somió y en Jove, nevó en todo en centro de la ciudad pero en una zona alta como es El Coto la nieve llegó a casi medio metro, y hubo varios hundimientos de techumbres a causa del peso, en varias viviendas y por ejemplo en Constructora Gijonesa. Se llenó Gijón de figuras de nieve pero llamaron la atención de los cronistas de la época el muñeco construido por los alumnos en la terraza del colegio del Corazón de María y el que se levantó en la calle del Agua esquina con Munuza que, leemos en la prensa, representaba al Dios Momo una clásica figura del carnaval.

Tanta repercusión tuvo la nevadona de aquel febrero de 1944 que reporteros del Noticiario Documental, NODO, vinieron desde Madrid para "impresionar la playa de San Lorenzo, la calle Corrida, plaza de San Miguel y alrededores de la población". Filmar sí que filmaron pero en el archivo de NODO no consta que se haya proyectado el reportaje en los cines de España. La nevadona sólo la vieron los gijoneses y gijonesas.

Compartir el artículo

stats