Adela Gabarri, presidenta de la Asociación Gitana de Gijón, ha estado estos días atareada entre fogones para preparar las chocolatadas con las que ha convidado a los visitantes del Mercado Artesano a lo largo de fin de semana. "Lo hago de mil amores", explicaba ayer mientras repartía vasos de bebida caliente "hecha con mucho amor, un buen chocolate lleva dos horas de elaboración" y trozos de bizcocho casero "también hecho por mi". Un gesto para acercar el colectivo gitano a toda la sociedad en el arranque de las Jornadas contra el racismo y la xenofobia que ayer tuvo como escenario la plaza Mayor. Y con un mensaje claro: "los gitanos no somos tan malos como nos pintan", clama Gabarri.
La "matriarca" gitana de Gijón quiso lanzar un mensaje de unión y mutua comprensión: "No se puede juzgar a nadie sin conocerlo antes; a mí cuando la gente me conoce todos me quieren", explicaba con garbo mientras despachaba meriendas. Y por eso "vengo a estas actividades encantada, la gente responde muy bien y a mí me encanta conocer a los demás; en el Mercado se han portado fenomenal conmigo, me han regalado de todo", afirmaba orgullosa de "dar a conocer a la gente lo que somos; unos más en Gijón y en toda España".
La chocolatada intercultural de ayer se completó con un taller de elaboración de chapas en el que participaron los más pequeños, así como con una exposición de fotografías sobre el desarrollo sostenible coordinada por Cruz Roja.
Actividades contra el racismo y la xenofobia
Las actividades se extienden a lo largo de toda esta semana, con jornadas gastronómicas en la Escuela de Hostelería, una jornada de análisis y debate el jueves y una novedosa cita el próximo sábado en Cimavilla. Ese día tendrá lugar una yincana por equipos en el barrio cuyo plazo de inscripción finaliza hoy mismo que se titula "El reto de la doctora Curie".
El juego propone seguir la pista de Hélène Langevin-Joliot, nieta de Marie Sklodowska-Curie, quien según el juego visitó con su familia hace muchos años la villa de Gijón, en la que lanzó un reto a sus amigos del campo de la ciencia. Una secuencia numérica que le regaló su abuela, que aseguraba cambiaría el mundo. Quince números que bien combinados abrirían una nueva era. Durante todos estos años, esa combinación se ha ido escondiendo y a ha llegado el momento de descubrirla de nuevo en 90 minutos y con un máximo de 15 equipos que deberán sortear varias pruebas de ingenio. La actividad, organizada por la Fundación Mar de Niebla tendrá lugar el sábado de 16.00 a 20.00 horas, con salida y llegada en la Casa del Chino, en la plaza de la Soledad, antes de una merienda intercultural.