Hay en la ciudad curas que recuerdan a los de antes, en los pueblos. Cercanos, abiertos, que viven y enseñan la religión fuera de las paredes de la parroquia más que dentro. Hacendosos en la entrega, apoyo imperecedero y ayuda sempiterna de sus feligreses. Todo eso es, sin duda, Fernando Fueyo García. El párroco de la iglesia de San Nicolás de Bari -desde que era un gimnasio en las Dominicas o un semisótano en la calle Quevedo al actual templo en el corazón de El Coto- recibió ayer un homenaje a sus más de tres décadas de servicio a unos parroquianos y unos vecinos que ayer llenaron los ya oficialmente llamados "Jardines del párroco Fernando Fueyo García", junto a la iglesia.

"El homenaje no es a mí, es a la parroquia. El cura solo no hace nada, es el esfuerzo de una comunidad unida la que logra las cosas", quiso dejar claro Fueyo en su intervención, que finalizó con un sonoro "¡Puxa Sporting!", su otra gran pasión -es capellán del club y ayer lució orgulloso el pin de la entidad en su solapa.

Fueyo se mostró "siempre dispuesto a servir, mientras duremos y Dios y el arzobispo quieran". Un servicio que finalizará en verano, debido a los "problemas de movilidad" que tiene. No hay problema, "Gijón tiene la suerte de tener unos curas impresionantes, con una categoría humana y espiritual que es una gran riqueza para la ciudad", aseveró Fueyo, que aboga por el relevo generacional, pidiendo "que los jóvenes empujen y hagan de este barrio el mejor del Gijón, que lo merece".

Al acto acudieron representantes políticos, el comisario de la Policía Nacional, compañeros de arciprestazgo y dirigentes vecinales. También el de El Coto, Christian Guisado, que valoró la "gran labor" realizada por Fueyo tras "35 años de trabajo por el barrio" desde que en 1983 se pusiera al frente de la comunidad, que "con él creció y se sobrepuso a los momentos menos buenos, con muchas alegrías".

Guisado hizo hincapié en que Fueyo "es un cura de exterior, haciendo barrio, siempre con un saludo, una buena palabra y siendo servicial". Por ello, concluyó el que fuera su pupilo al frente de la asociación juvenil de la parroquia, "tienes merecido todo lo bueno que te pase, esta es una pequeña muestra de todo lo que has dado al barrio, y a esta gente que te queremos y te apreciamos con todo el corazón. Eres un gran ejemplo a seguir".

"Gijón y El Coto le deben mucho a Fueyo", sentenció la edil forista Ana Braña, que valoró que "deja su huella allá donde va: Comillas, La Felguera, Burundi o aquí". Fueyo, medalla de Plata de la ciudad, es "ejemplo en la labor pastoral y humanitaria, hombro para los enfermos y mayores del barrio y docente y luz para los jóvenes. Dejó su huella de trabajo y entrega en los muros de esta iglesia", concluyó.