Lío municipal en Gijón al Norte. Y esta vez no por la ubicación de la estación intermodal, la financiación de los proyectos o la prolongación del soterramiento de las vías. El problema surge por un nombramiento. Rubén Pérez Carcedo, concejal de Ciudadanos y por tanto representante de la oposición municipal, es ahora mismo el hombre fuerte del Ayuntamiento en la sociedad Gijón al Norte, donde la administración municipal comparte con el Principado y el Ministerio de Fomento la gestión del histórico proyecto del plan de vías. Y nadie se explica cómo.
El acta que refleja los acuerdos tomados el pasado día 10 en Madrid por el consejo de administración de la sociedad y su junta general de accionistas pone negro sobre blanco el nombramiento del edil gijonés de la formación naranja como miembro de la comisión ejecutiva -lo que automáticamente le convierte en miembro de la nueva comisión de seguimiento creada para atender los progresos de los proyectos vinculados al nuevo convenio del proyecto ferroviario- y de la comisión de auditoría. En ambos casos el nombramiento de Pérez Carcedo se hace en sustitución del exconcejal de Foro Asturias Fernando Couto e indicando que es a propuesta del Ayuntamiento de Gijón.
Hasta aquí la lectura del acta y la actual realidad. Una realidad que no se corresponde con el reparto de comisiones que tenía en mente el equipo de gobierno municipal, que tiene en el consejo de administración de Gijón al Norte a dos de sus pesos pesados: la propia alcaldesa Ana González y el edil de IU Aurelio Martín. También son consejeros por Gijón el portavoz del grupo popular Alberto López-Asenjo y el propio Rubén Pérez Carcedo, como representante del primer partido de la oposición de la nueva Corporación gijonesa tras las elecciones de mayo. Desde el entorno del equipo de gobierno se habla de un error en el proceso de traslado de la propuesta municipal de nombramientos a Gijón al Norte que ya se está en proceso de subsanar. Algo que no parece fácil de conseguir porque, en principio, solo otro consejo de administración puede revocar una decisión de ese órgano y, además, porque Pérez Carcedo no entiende que haya un error.
Entre otras cosas porque, y así se refleja oficialmente, ambos nombramientos fueron aprobados "por unanimidad de sus miembros presentes y representados". En el acta consta la presencia de los cuatro consejeros gijoneses. Y, además, también se puede leer en esa misma acta como Pérez Carcedo aceptó públicamente su nombramiento al tiempo que "manifiesta no encontrarse incluso en causa de incompatibilidad alguna para actuar como miembro de dicha comisión". No consta que nadie hiciera comentarios en este caso particular que se incluía dentro de una amplia retahíla de ceses y nombramientos que iban saliendo a votación. Cambios que, por ejemplo, convirtieron a la alcaldesa Ana González y el consejero Juan Cofiño en vicepresidentes primera y segundo en sustitución de sus antecesores Carmen Moriyón y Fernando Lastra.
En lo que tiene que ver con la comisión ejecutiva también entró, además del edil gijonés, la directora general de Infraestructuras, Esther Díaz, en sustitución de José María Pertierra y se nombró como presidenta a Elena González Gómez, directora de operaciones de integración y grupo societario de ADIF. Y en la comisión de auditoría se cesó a a Elena González para dar entrada a Luz Velasco, que además pasó a ser la presidenta de la comisión como subdirectora de Tesorería y Contabilidad del ADIF
Por motivos de operatividad, los consejeros dieron por aprobada, también por unanimidad, el acta al final de la propia sesión del día 10. Las alarmas han saltado al ver la transcripción que se envió en los últimos días a los consejeros y donde el edil gijonés de Ciudadanos asume un protagonismo no deseado por todos y que ahora habrá que subsanar.
