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Las consecuencias del mal tiempo entre los más vulnerables

El fuerte temporal satura el Albergue Covadonga, que clama por una ampliación

Decenas de personas sin hogar llenan desde hace días el centro nocturno ante el frío y la incesante lluvia, que se prolongarán durante toda la semana

Una persona sin hogar en la zona oeste de la ciudad. MARCOS LEÓN

El mal tiempo no sólo causa estragos en las comunicaciones. El temporal de estos días, y la previsión de más viento y precipitaciones para las próximas semanas han hecho activar los dispositivos especiales por ola de frío, con temperaturas por debajo de ocho grados, y los recursos asistenciales están llenos de usuarios, personas sin hogar que buscan un techo para pasar los días más crudos del invierno.

En el Albergue Covadonga, establecimiento de referencia para quienes no tienen una vivienda, está casi lleno. "Aún quedan plazas, pero pocas", señala su directora, Cristina Avella. Lo que sí está a tope es el centro nocturno de baja exigencia, el espacio que el Albergue abre a las personas que deseen pasar la noche a techo y que se satura habitualmente, máxime cuando llega el mal tiempo.

Se trata de un recurso de baja exigencia, que no está sujeto a la misma normativa de funcionamiento del Albergue porque muchas personas sin hogar prefieren no tener que ceñirse a unas reglas estrictas a la hora de acceder a una cama, pero igualmente necesitan apoyo. Se trata de un centro de acceso directo e inmediato para todo el que no quiera estar en la calle, tanto de día como de noche, donde se facilita atención y cuidados básicos para la reducción de daños y riesgos de las personas sin hogar que se encuentren en situación de precariedad, y que habitualmente no hacen uso de las redes asistenciales normalizadas como el propio Albergue. Así, pueden descansar en hamacas y tomar un refrigerio caliente, además de asearse y tener un espacio seguro, al abrigo de la lluvia y de las bajas temperaturas, pero está a tope de su capacidad y el invierno aún no ha llegado, advierten sus gestores.

Por eso, de nuevo se pone sobre la mesa la necesidad de ampliar el centro, habida cuenta de que sólo tiene capacidad para 18 personas con dos plazas más de urgencia. Claramente "insuficientes" en cuanto se activa el dispositivo invernal por ola de frío. "Está lleno siempre, y ahora peor", reflexiona Avella, quien ya ha reclamado en más ocasiones una ampliación de un recurso que, hoy por hoy, es el único que funciona con estas características en Asturias, atrayendo a personas sin hogar de otros municipios.

Sin ir más lejos, el año pasado pasaron por el centro nocturno 367 personas, con 6.401 pernoctaciones (al margen de las habitaciones del Albergue). En 2018 se sirvieron 3.285 tentempiés nocturnos y 6.570 desayunos, y los responsables del centro temen que la crudeza de estas semanas, y de continuar el mal tiempo, disparen las cifras finales de este año.

Si la situación ya es concurrida en el Albergue, no lo es menos en estos últimos días de mal tiempo en la Cocina Económica. "Se ha notado un aumento de gente y servicios con el mal tiempo", señala su presidente, Luis Torres. Los datos de la entidad apuntan a una media de 450 servicios al día entre comidas y cenas, una cifra ligeramente superior a la que se da en otras épocas del año.

Con respecto a lo que va de año, las cifras se mantienen estables, sin un descenso en el número de usuarios que sería, como señala Torres, la "mejor noticia que podríamos tener". Es más, los nuevos servicios que ofrece la casa, como la clínica dental solidaria que se pondrá en marcha estos días en la cuarta planta del edificio, cuenta ya con una lista de espera de más de 30 personas sin recursos, y se siguen dando citas.

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