Las inversiones ambientales acometidas por la Autoridad Portuaria de Gijón desde 2016 ascienden a 11,25 millones de euros, incluyendo las medidas adoptadas directamente por el Puerto y las de la terminal de graneles sólidos, Ebhisa, en la que tiene la mayoría accionarial.
La actividad granelera en el puerto de El Musel apenas incide en los niveles de contaminación de la zona oeste de Gijón, ya que representando un 3% de la que se registra en la estación de control de la calidad del aire de la Avenida de la Argentina, un 2% en la de Tremañes y nada en la de Monteana, según estudios del Principado. Sin embargo, sí tiene incidencia en cuanto a la contaminación que sufren los barrios más próximos a El Musel, en especial por partículas sedimentables, aunque un estudio encargado por el Puerto apunta que el principal foco son acopios de graneles industriales y no los portuarios, dado que las condiciones de viento necesarias para esto último sólo se dan durante 73 horas al año.
La percepción de los vecinos del entorno no es esa y con frecuencia apuntan al Puerto como uno de los orígenes de sus problemas ambientales. El Principado, dentro del Plan de Calidad del Aire de Gijón, también ha focalizado su actividad inspectora en El Musel. De las 35 inspecciones programadas en 2019 por los servicios medioambientales autonómicos, 27 han tenido como objetivo actividades potencialmente contaminadoras de la atmósfera en el entorno del Puerto. Las medidas para mitigar la contaminación en El Musel están incluidas en el Plan de Mejora de la Calidad del Aire en la Aglomeración de Gijón, aprobado por el Principado en agosto de 2017.
Las medidas desarrolladas en los últimos años en el entorno portuario para mitigar la contaminación incluyen el asfaltado de explanadas, la instalación de pantallas antiviento, la adquisición de maquinaria, lavarruedas, sistemas de riego y de videovigilancia, además del cierre de instalaciones.
La inversión ejecutada más la ya adjudicada por parte de la Autoridad Portuaria asciende a 5,24 millones de euros, de los que 3,42 millones se corresponden con asfaltados; por un lado, los de la explanada que hay entre la terminal de graneles Ebhisa y la regasificadora y por otro, los de la parte en uso de la explanada del Muelle Norte de la ampliación, respectivamente.
El asfaltado es una de las claves para evitar la formación de nubes de carbón, dado que el asfalto puede limpiarse fácilmente con agua, evitando que queden restos de carbón en el suelo cuando se acaban de levantar las parvas.
En cuanto a la explanada que hay en la parte trasera de Ebhisa, gran parte ya está asfaltada, obra que no sólo acometió la Autoridad Portuaria, sino que una parte de ese asfaltado corrió a cargo de Natural Mining Resources, que usa esa zona para el acopio y cribado de carbón. En otra parte de la explanada está acometiéndose actualmente la obra, que acabará de ejecutarse el próximo mes de enero. En cuanto al Muelle Norte, están asfaltados los espacios que actualmente se utilizan para el manejo de graneles sólidos.
El siguiente capítulo en el que más ha invertido la Autoridad Portuaria de Gijón para mitigar la contaminación es en la reducción de emisiones asociadas al tráfico rodado, con 1,98 millones de euros, de los que 1,88 es la cantidad destinada al riego y limpieza de los viales de la zona de Aboño desde el año 2016. Otros 98.000 euros son los destinados a la redacción del proyecto para construir el futuro acceso rodado a El Musel por el valle de Jove, proyecto que el Puerto prevé que esté acabado el próximo mes de marzo.
En apantallamientos en El Musel y en la explanada de Aboño el Puerto ha gastado 156.000 euros, otros 54.000 en un sistema de riego inteligente de viales basado en la previsión meteorológica; 47.000 más en un sistema de videovigilancia en el Muelle Norte y 10.000 euros en optimizar la red de medición de la calidad del aire, con el traslado en abril de 2017 desde la Campa de Torres hasta El Musel de una de las estaciones de control propias de la Autoridad Portuaria.
En cuanto a la terminal de graneles sólidos Ebhisa, que ocupa el Muelle Ingeniero Marcelino León ha destinado 6,01 millones de euros a mejoras ambientales, de los que más de la mitad se corresponden con la tolva ecológica que estrenó en 2018, que evita las emisiones de polvo al aire durante la descarga de barcos con una de las grúas de la terminal, mediante un sistema de aspiración. Esa tolva costó 3,40 millones de euros.
En instalación de pantallas contra el viento y en lavarruedas, Ebhisa ha invertido 1,10 millones de euros más. Otros 375.000 euros se han ido en asfaltados, mientras que las reparaciones en el cerramiento de cintas transportadoras ha supuesto otros 160.000 euros. Los equipos para riego y supresión del polvo supusieron 186.000 euros adicionales, mientras que la obra para aprovechar, para el riego de las parvas, el agua de lluvia en la explanada de Aboño ascendió a 348.000 euros.
A esas inversiones por 6,01 millones de euros, se suman los alrededor de 2,3 millones de euros en gasto corriente que tiene al año Ebhisa en consumo de agua, sellado con productos químicos de las parvas de carbón y labores de limpieza y mantenimiento de las instalaciones.
Las inversiones medioambientales en terrenos portuarios no han venido exclusivamente de mano de entidades públicas como son la Autoridad Portuaria y Ebhisa. También las han acometido compañías privadas. Es el caso de Tudela Veguín, que ha invertido 5,5 millones de euros en su nueva nave de almacenamiento en su concesión en el Muelle Norte de la ampliación portuaria, una operativa que se hace a cubierto, y en los equipos para cargar el cemento en los barcos.
También han acometido inversiones otras empresas como Lissan Coal Company, con la instalación de un lavarruedas para los vehículos. Esta compañía se dedica a la recepción, clasificación y reexportación de carbón.
