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El "aurelianismo" busca su sitio

El hijo del artista, que nació hace 110 años, pide apoyo a alguna entidad fuera de Asturias ante "el abandono" del Principado

El "aurelianismo" busca su sitio

I. PELÁEZ

El legado artístico de Aurelio Suárez (Gijón, 1910-2003) sigue vivo gracias al trabajo de su hijo Gonzalo, que denuncia "más de 16 años de abandono" por parte del Principado. Ahora que se cumplen 110 años del nacimiento del célebre pintor utópico gijonés -un hombre con una pintura "única y personal", pura imaginación y que "no tenía barreras"- confía en revertir la situación y que alguna institución importante fuera de Asturias se plantee alguna exposición. El foco está puesto en el Museo Reina Sofía, al que el pasado verano su hijo donó doce obras inéditas que se suman al fondo aureliano del complejo museístico, que ya disfrutaba del óleo "Lucubración pictórica", de enero de 1945 y el gouache "Cárcel", de 1946. Esa donación "es el primer paso para una exposición de mi padre", confía Gonzalo Suárez.

Los últimos tiempos no han sido fáciles para ponderar y proteger la obra de Aurelio Suárez, el genio gijonés de pintura "única y personal" que se complementaba con "una técnica magnífica" -visible especialmente en los bocetos- que le hacía capaz de pintar sobre cualquier temática. Dentro del aurelianismo, "lo fundamental de mi padre siempre fue la capacidad que tuvo de crear, su inmensa imaginación y la variedad de temas y planteamientos; si había que hacer figuras, paisajes, desnudos... era capaz porque tenía una mano excepcional", relata Gonzalo Suárez.

Con esos mimbres y esas virtudes, que ningún experto en la materia se ha atrevido a cuestionar, parecería lógico que el legado de Aurelio Suárez se tratase con mimo. "La obra de Aurelio Suárez interesa, eso se sabe, y en consecuencia hay que apoyarla, pero llevamos más de dieciséis años en que no se ha hecho nada por él", incide Gonzalo Suárez en referencia al tiempo transcurrido desde la muerte de su padre. A tal punto llegó la situación de abandono de la obra que, fruto del hartazgo, su hijo optó en el mes de septiembre del pasado año por retirar del Museo de Bellas Artes de Asturias el depósito de las obras de su padre que realizó en mayo de 2017 y romper por completo -hasta nuevo aviso- las relaciones con la Consejería de Cultura del Principado. También con el Museo. "A partir de ahí sí comenzaron a llamarme, pero no he devuelto la llamada", confiesa Suárez.

La meta ahora es lograr un espacio que sí permita contemplar el legado de Aurelio Suárez, aunque sea fuera de las fronteras regionales donde nació y murió. El Reina Sofía podría ser el mejor sitio para celebrar los 110 años del nacimiento de un pintor único.

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