La Camocha amaneció ayer revolucionada. El poblado minero vio cémo tras más de cinco años de lucha vecinal, las obras para remodelar sus patios interiores comenzaban. Los trabajos, además de instalar zonas verdes e interconectar seis de los patios interiores, valdrán para eliminar barreras arquitectónicas, tales como aceras altas, escaleras y desniveles, muy abundantes en el poblado. Los trabajos son muy celebrados en un barrio de 2.000 habitantes de los cuales cerca del 30 por ciento son mayores de 65 años. "Aparte de vivir gente anciana, muchos son antiguos trabajadores de la mina a los que los bordillos altos y las escaleras les generan problemas de movilidad por su físico", afirmó Herminio Torre, el presidente de la Asociación de vecinos de La Camocha.

La obra tendrá varias fases. La primera durará cinco meses. Transformará el patio que queda entre las calles Picadores, Barreristas, Camineros y Carboneras en un aparcamiento con 29 plazas, una de ellas para personas con movilidad reducida. Juan Robles, más conocido como "Juanín", tiene 62 años y fue productor en la mina. "Van a quitar unos escalones que era necesario suprimir", aseguró. Para Justo Hevia, de 76, el nuevo aparcamiento le vendrá de perillas. "Tal y como está ahora, la gente aparca muy cerca de los tendales y la ropa se ensucia", indicó. "Arreglar las aceras es importante porque hay gente mayor que arrastra los pies y con las baldosas sueltas se caen a menudo", dijo. "Esperamos que el presupuesto no se acabe antes de tiempo", zanjó Santiago Alonso, otro vecino, sobre unas obras muy esperadas.