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ÁNGEL ÁLVAREZ RAMOS | Fundador del banco de sangre de cordón umbilical Vidacord

"El futuro de las células madre del cordón umbilical será revolucionario"

"Las restricciones impuestas en España promueven el nacimiento de empresas bróker, que actúan de intermediarios con bancos extranjeros"

Ángel Álvarez Ramos, en la redacción de LA NUEVA ESPAÑA de Gijón. JUAN PLAZA

La quiebra de bancos de sangre de cordón umbilical en el país (el último ejemplo fue Cryo-Safe hace apenas unas semanas) vuelve a poner sobre la mesa un problema del que el gijonés Ángel Álvarez Ramos lleva años alertando. El responsable de Vidacord, que en su momento fue la primera empresa del sector en España, asegura que parte de sus competidores son, en realidad, brókers, porque derivan la sangre a países extranjeros -huyendo de las limitaciones legales vigentes en el país- con criterios de calidad y servicio que él considera "dudosos". Su plan, ahora, es abrir también un banco de células tumorales vivas que ayuden en el futuro a ensayar posibles nuevas curas contra el cáncer.

- ¿Podemos resumir el origen de Vidacord?

-Cuando estudiaba el cuarto año de carrera empezaban a sonar conceptos como la biotecnología e ingeniería genética, pero no había ninguna empresa en España dedicada al sector. Por entonces, con 21 años, mi ilusión fue fundar una empresa de biotecnología en el campo de la salud, así que me metí en el mundo de la dirección de empresas y me puse a trabajar para cumplir un compromiso que tenía conmigo mismo. Opté por células madre adultas, que por mis valores éticos era importante, y así nació Vidacord.

- No fue fácil.

-No. La sangre es un tejido y, por tanto, se circunscribe a la legislación estatal y a la Organización Nacional de Trasplantes, que siempre entendió que los ciudadanos, además de darles al estado sus impuestos y cumplir las normas, debían también regalarle la sangre del cordón umbilical de sus hijos. Donarla está muy bien, pero siempre creí que se debería respetar la soberanía de los propios padres.

- Tuvo que marcharse de Asturias para lograrlo.

-Lo peleé, pero no pudo ser. Al final se cruzó en mi camino la Comunidad de Madrid, cuando le envié esa famosa carta a la presidenta comentándole mi proyecto y esa presidenta, que se llamaba Esperanza Aguirre, me contestó diciendo que le parecía muy interesante. Desde entonces lo único que he recibido por parte de Madrid ha sido apoyo y disposición.

- Y empezó el negocio de estas otras empresas a las que usted denomina brókers.

-Sí, sucedió una cosa muy interesante. La Organización Nacional de Transplantes vio que ya nada podía frenarme. Además, yo había contactado con los por entonces Príncipes de Asturias hablándoles de mi proyecto y ellos habían mostrado su interés. Aunque al final no pude instalarme en Asturias, ellos se quedaron con la idea y acabaron guardando la sangre del cordón de sus hijas en Estados Unidos. Tuvo que compadecer la ministra Elena Salgado para anunciar un nuevo real decreto de regulación.

- ¿Y qué cambió?

-Implantaron una restricción muy importante: si una familia guarda en un banco privado en España la sangre del cordón umbilical de su hijo, la unidad es suya, pero si otro niño es compatible y necesita un trasplante se la deben ceder. Su intención era que ningún banco tuviese la osadía de invertir todo el dineral que cuesta montar una empresa de este tipo aquí. Nadie en su sano juicio va a pagar por algo que le podrán quitar en un futuro.

- ¿Y los brókers?

-Vieron su oportunidad de negocio. Empezaron a surgir empresas sin ningún tipo de perfil sanitario y lo único que hacían, y hacen, es actuar como intermediarios con bancos reales de Alemania, Reino Unido o donde sea. En España dicen tener un banco pero lo que tienen es una mesa y un teléfono. Su visión es puramente mercantilista.

- ¿Por qué?

-Porque cuando la sangre del cordón es fresca y se mantiene en condiciones, las células pueden seguir estables durante unas 24 horas, pero después empiezan a morir. Y yo no me creo que, si das a luz un viernes por la tarde, las sangre no llegue a Alemania antes del martes siguiente. Esto a las familias no se lo cuenta nadie, claro.

- Pero se quitan el riesgo de que tengan que cederlas.

-Nosotros procesamos la sangre y la criogenizamos en el plazo estipulado y, cuando las muestras ya están congeladas y a salvo, las familias eligen entre dos opciones: mantener la unidad en España, conscientes de que en cualquier momento pueda tener que cederla, o exportarla a un almacén privado en Nothingam. De cada cien familias, más de 90 eligen lo segundo. Tuvimos que crear ese almacén para ser competitivos, aunque este otro modelo bróker se aprovecha de la situación desplomando sus precios.

- ¿Y qué podemos hacer?

-Informar a las familias. Muchas no son conscientes de que están pagando por un servicio que no les da garantías.

- ¿Cómo está ahora Vidacord?

-Seguimos ultimando el proyecto de criogenizar células tumorales vivas, porque creo que eso de mantener vivo al enemigo podrá resultar muy útil en el futuro. Tenemos 25.000 familias y, hasta ahora, por suerte no ha habido ningún caso de leucemia que exija recurrir a la sangre del cordón, pero los casos graves afectan justo a uno de cada 25.000 niños, así que acabamos de entrar en el marco estadístico de riesgo.

- ¿Cuál es la ventaja de la sangre del cordón frente al transplante de médula?

-Las células del cordón son más inocentes porque provienen de un neonato, mientras que las de la médula ósea llevan tantos años como tiene el donando luchando contra enfermedades y, sigamos, son menos "naifs", así que tienen más posibilidades de reaccionar contra el huésped. La otra ventaja es la disponibilidad, si tú ahora estás enfermo no puedes donar médula, pero la sangre del cordón está ahí, almacenada en tanques y en condiciones siempre óptimas. El futuro de las células madres será revolucionario.

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