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Faustino Valdés, ayer, en la calle Rodríguez San Pedro.ÁNGEL GONZÁLEZ

FAUSTINO VALDÉS CABO | Nuevo presidente de la Federación Española de Donantes de Sangre y responsable de la hermandad de Gijón

"Conseguir que la juventud done más sangre ya es una necesidad en Asturias"

"Hay chavales que lo tienen normalizado, pero las hermandades tampoco nos hemos sabido adaptar a las nuevas generaciones"

Manuel Faustino Valdés Cabo (Perlora, 1945), presidente de la Hermandad de Donantes de Sangre de Gijón desde hace 15 años, es también desde este domingo el máximo responsable de la Federación Española de este colectivo tras ser el único candidato para relevar al leonés Martín Manceñido. Se ha planteado dos retos: exportar el modelo "amable" de las hermandades asturianas para frenar la pérdida de socios y atraer a un público joven que, hasta ahora, sigue donando de forma más bien esporádica.

-¿Va a compaginar la presidencia de la hermandad de donantes local y la de la federación?

-Sí, pero básicamente porque no encuentro a ningún "delfín" que se quiera poner al mando aquí... Claro, esto no va con sueldo, todos somos voluntarios menos una, que es la persona que se encarga de temas de secretaría. Muchos acabamos perdiendo dinero, pero es lo que hay y nos gusta. Haré las dos cosas.

-¿Cómo empezó a colaborar?

-El fundador de la hermandad era el doctor Gómez Granda, que fue un hematólogo muy conocido. Yo tendría unos 20 años, estábamos por la década de los 60, y por entonces estas donaciones altruistas no existían. Se hacía lo que es llamaban las "dirigidas", que era cuando se operaba tu tío y tú te tenías que encargarte de encontrar a dos o tres personas que le pudiesen donar sangre por tu cuenta. Una barbaridad, si lo piensas. Un amigo me lo pidió porque su padre se había cortado una pierna y fui, y resultó que mi grupo sanguíneo es 0 negativo, que se cotiza bien. Granda me convenció para poder llamarme si surgía alguna urgencia y dije que sí. Y ya me quedé.

-¿Y la federación?

-La federación la fomentamos desde Gijón y nació en el año 87. De aquella éramos unas 80 hermandades y ahora debemos de quedar unas 25.

-Ahora, como presidente podría intentar que regresasen.

-Se podría, sí, en ello estoy. Quiero llevar el modelo de las hermandades de Asturias a la federación nacional. Es que es una maravilla lo que tenemos aquí. Las tres hermandades, la de Gijón, la de Oviedo y la de Avilés y Corvera, nos llevamos genial, pero porque somos solo tres y no hay forma de pelearse. En Castilla y León, por ejemplo, lo normal es que a lo largo de los años surjan desavenencias entre tanta gente. Pero sí, voy a intentar que la federación crezca algo. Y ya se han bajado las cuotas para que las hermandades dejen de estar ahogadas por el dinero.

-También dijo que otro reto es conseguir a más gente joven.

-Pues sí. Es un problema clave y aquí en Gijón estamos colaborando con La Laboral y la Politécnica para ver si conseguimos que se animen los alumnos. En España la media de edad es de 45 o 46 años y la del donante es de 47 o 48. Y con 65, por lo general, ya no te dejan donar. Yo doné de los 20 a los 70 y ahora soy un futuro demandante de sangre. Y al paso que vamos... En Asturias que done más gente joven ya es una necesidad, la población envejece.

-¿Por qué no dona la gente joven?

-No, a ver, ¡si yo lo entiendo! Es que es complicado a veces. Antes nos dejaban donar a cualquier y ahora tienes que pesar 50 kilos, no haber hecho ejercicio físico en las últimas horas y, bueno, una serie de contraindicaciones que antes no había. Y una cosa que le pasa a la juventud y que para gente de mi edad es rarísimo: no llevan encima el carnet de identidad. De verdad; cuando estamos en la Feria de Muestras en verano vienen bastantes chavales diciendo: venga, que yo dono. Pero no llevan encima el DNI y no pueden. No sé, tenemos que renovar las juntas directivas con gente joven para que nos orienten. Hay chavales que lo tienen normalizado pero nosotros no hemos sabido adaptarnos a ellos.

-Pero Asturias se porta bien.

-¡Claro! Es la tercera comunidad que mejor se porta en cuanto a donaciones. Solo quedamos por detrás de Extremadura y de Castilla y León. Viendo la población tan envejecida que tenemos, casi parece imposible.

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