En tiempos de estado de alarma y confinamiento obligado por orden del presidente del gobierno nadie puede escapar a la mirada de a ley. Ni la Alcaldesa de Gijón. A Ana González la pararon una de estas noches agentes de la Policía Nacional para pedirle explicaciones por su presencia en la calle. Tuvo que aclarar la regidora que iba a su casa desde su puesto de trabajo en el Ayuntamiento de Gijón. Las explicaciones fueron lo suficientemente oportunas, o el rostro de la alcaldesa lo suficientemente reconocible para que los agentes la dejaran seguir su camino.

La Alcaldesa, al frente del gabinete de crisis que gestiona el Ayuntamiento, está trabajando en sesiones de mañana y tarde en su despacho de Alcaldía. No es raro que salga mas allá de las nueve de la Casa Consistorial. La ocasión en la que fue parada había decidido hacer un cambio en su ruta habitual para salir al paseo del Muro y ver cómo estaba la situación. Allí la "cazó" la policía. Una anécdota dentro de unos tiempos raros y convulsos para todos los gijoneses.

Quedarse en casa es la mejor medida de prevención de la transmisión del coronavirus. Y por ello agentes de las fuerzas de seguridad patrullan las calles para controlar que no se rompe el confinamiento sin una causa justificada como ir a trabajar, a la compra o a cuidar de una persona mayor o dependiente.

No todos cumplen con la ley y salen sin justificación o con justificaciones endebles. Ayer mismo, la Policía Local denunció a 80 personas por encontrarse de paseo por la calle sin causa justificada. Especialmente preocupante, se dice desde el Ayuntamiento, es la cifra de personas de avanzada edad "que no solo hacen caso omiso de la obligación general de quedarse en casa, sino que ponen en grave peligro su vida, sin darse cuenta de que este tipo de conductas son las que pueden llevar al colapso de la sanidad de todos, al tener que masificar los servicios de UCI y Urgencias de nuestros hospitales". Entre los 80 denunciados, 21 personas tenían más de sesenta años, y de ellas, más de la mitad eran mayores de setenta.

También hubo que proceder a la detención por resistencia y desobediencia de un gijonés de 40 años que iba en bicicleta por la calle Anselmo Solar. Al ser requerido comenzó a toser sobre los policías iniciando la huida con la bici por las calles de Viesques, circulando en ocasiones por dirección prohibida. Finalmente fue interceptado en la calle Albuquerque, oponiendo tenaz resistencia en el momento de la detención.