No es la primera ocasión en la que Ecologistas en Acción realiza estudios coincidentes con cambios puntuales en la actividad, como ocurre ahora con las restricciones a la circulación de vehículos por el estado de alerta en España. También los hizo cuando cerraron las baterías de coque de ArcelorMittal en Avilés o con los dos arranques de la primera batería de coque de ArcelorMittal en la factoría de Veriña.

Se trata, explica Paco Ramos, de "aprovechar situaciones conocidas de cambio sobre la situaciones previas y estudiarlo", para poder así extraer conclusiones sobre la contribución de determinadas fuentes de emisión a los niveles de contaminación que se soportan en una zona.

En cuanto a las baterías de coque, los ecologistas constataron una reducción significativa en la contaminación por benceno en Avilés tras el cierre de la de la factoría avilesina y un incremento notable del mismo contaminante en Gijón tras los dos arranques de la primera batería de Arcelor en Veriña, "con unos niveles de concentración de benceno, de claro origen industrial que, aunque no lleguen a superar los límites legales, teniendo en cuenta que se refieren a medias anuales, si aparecen reflejados claramente a nivel horario, cada vez más elevados y de forma más continuada, lo que coincide con la falta de información ya que, en muchos de los últimos días, este contaminante no aparece reflejado en las tatos que, referidos a la estación de El Lauredal, publica el Ayuntamiento de Gijón" en su página web, denuncia el grupo ecologista.