"Esto nos tendría que concienciar de que tenemos que ir a modelos de movilidad más sostenible dentro de las ciudades, de ser conscientes no de que no usemos el coche, sino de la necesidad de utilizarlo con moderación". El concejal de Medio Ambiente, Aurelio Martín, hizo ayer esta consideración en relación a la drástica bajada de la contaminación por óxidos de nitrógeno en Gijón por la práctica paralización del tráfico rodado por la alerta ante el coronavirus.

El descenso en ese contaminante, el principal ocasionado por el tráfico, ha sido constatado por un estudio comparativo de los datos actuales con los de la última década elaborado por Ecologistas en Acción, informe paralelo a otro que está elaborando al respecto el Ayuntamiento, teniendo también en cuenta datos meteorológicos. Ambos estudios son posibles por la situación excepcional que vive España y llegan en plena polémica por las restricciones al tráfico previstas en la ordenanza de movilidad.

Martín resalta que establecer medidas progresivas para mitigar la contaminación originada por el tráfico rodado en Gijón, "es lo que pretende la Ordenanza de Movilidad y la normativa similar de muchas ciudades tanto más grandes como de tamaño similar a la nuestra", sin que las mismas se planteen como una guerra contra el coches, sino contra la contaminación.

Estudios como el de Ecologistas en Acción "deberían contribuir a convencer a la gente" de los problemas de la contaminación por el tráfico, dijo el edil. "A veces, hay debates peregrinos dando a entender que Gijón no tiene problemas de ese tipo porque no es una gran ciudad. Evidentemente no tenemos los problemas de las grandes metrópolis, pero también es evidente que alrededor de la mitad de la contaminación que hay en Gijón tiene su origen en el tráfico", añadió Martín, que recuerda que esa influencia es distinta en el este y oeste de la ciudad.