Un gijonés de 64 años ha sido detenido por la Policía Nacional como autor de un delito de daños por meter clavos en la cerradura de su vecino, justificando su acción en que éste movía muebles de madrugada que le impedía descansar.

El denunciante había pasado unos días en otra vivienda que poseía en un pueblo asturiano y al regresar a su domicilio se encontró que no podía abrir la puerta porque tenía clavos en la cerradura, explican desde la Comisaría de Gijón. El afectado reveló que esta situación no era nueva sino que ya era la cuarta vez que sufría hechos similares que se producían cuando se ausentaba de su domicilio durante varios días. También la misma persona le había causado daños en el buzón y había dejado notas manuscritas con insultos.

La investigación del Grupo I de Policía Judicial de Gijón puso de manifiesto que el autor los hechos denunciados era un vecino del denunciante que fue denunciado por un delito leve de daños. El hombre de 64 años de edad, admitió ante los agentes haber metido los clavos en la cerradura porque estaba cansado de pedir a su vecino que no hiciera ruido por las noches ya que arrastraba los muebles en horas de descanso nocturno y desvelaba a toda la familia.