La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cara y cruz por el tráfico

Vecinos de Emilio Tuya ya notan el descenso de la circulación, mientras que en la Plazuela lamentan su incremento: "Se tarda más en coche"

Noemí Rubiera, en la plazuela San Miguel.

Las obras en el paseo del Muro tienen su cara y su cruz para el tráfico. En algunas calles, como Emilio Tuya, el tránsito de coches ha descendido notablemente desde el inicio de los trabajos. Mientras, en otras, como la plazuela San Miguel y San Bernardo ha aumentado. Vecinos y comerciantes confían en que la reforma termine pronto y critican que se haga en pleno agosto.

En Emilio Tuya, algunos viandantes aseguran sentir el descenso del tráfico detectado por el Ayuntamiento. Carlos Fra es trabajador en la sede junto a la playa del Grupo Covadonga y defiende que el movimiento de coches ha descendido: "No hay tanto como antes". Martha Serrano, trabajadora en un local hostelero, no aprecia diferencia alguna: "No sé decir si existe más o menos tráfico, pero ahora mismo es normal". Las obras no ocasionan daño alguno a las ventas de su negocio, pero sí a otros comerciantes que cuentan con el suyo más cerca de la avenida García Rendueles, como María Jesús Díaz, para quien las obras son "una barbaridad". La hostelera también se queja del cierre de la escalera número 10 para acceder a la playa, ya que le repercute "negativamente", pues los paseantes "discurren los trayectos por otro lugar". Además, Díaz insiste en que el verano no es el momento ideal y piensa que la reforma "será definitiva" y no habrá vuelta atrás.

En la plazuela San Miguel, la realidad es la contraria. Según el Ayuntamiento, en el entronque con Uría el tráfico se ha intensificado por los cortes en el Muro. Noemí Rubiera es residente y constata este hecho. Según cuenta, no se puede "acceder con facilidad" a ninguno de los garajes de la zona. Tampoco se puede circular cerca del Náutico desde la calle Caridad con normalidad. "A día de hoy tardamos 20 minutos en dar la vuelta en coche a la calle Uría", lamenta Rubiera. En cuanto al favor o perjuicio que puede tener para el comercio la peatonalización del Muro, la vecina afirma que "puede ayudar" en cierta manera a la hostelería. Sin embargo, lamenta "la total falta de previsión y atención" para con la hostelería. Además, con respecto a la posible vuelta atrás de la reforma, Rubiera considera que las obras "no son reversibles", puesto que "una vez consolidadas algunas partes de la transformación, dar marcha atrás será complicado". La misma postura defiende Manuel López, quien no confía "en que las obras sean reversibles".

Compartir el artículo

stats