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La hostelería aplaude el fomento del tardeo, pero ve difícil que los gijoneses "cambien sus horarios"

"La teoría está bien, pero falta llevarla a la práctica", estiman los empresarios l El ocio nocturno mira a "nuevos espacios y formas"

La hostelería aplaude el fomento del tardeo, pero ve difícil que los gijoneses "cambien sus horarios"

La apuesta por el tardeo para ayudar a la hostelería local -implica adelantar el horario de ocio ante los nuevos límites impuestos por las autoridades sanitarias, que obligan al cierre a la una de la madrugada- que verbalizó la alcaldesa, Ana González, ha caído con muy buen pie entre los empresarios locales del sector, que, no obstante ven difícil que los gijoneses cambien sus rutinas y costumbres en lo que a tomar cañas, vinos y refrescos se refiere. "La teoría está bien, pero falta la práctica", valora Ángeles Riesgo, propietaria de una vinacoteca en la Ruta de los Vinos. "Aquí la gente empieza a cenar a las doce y se pide la copa a las dos de la mañana, va a ser muy complicado cambiar sus horarios y lo que se va a acabar fomentando es que la gente compre bebida en supermercados y la consuma en casa. Las grandes superficies ganan y los perjudicados somos los pequeños comercios", añade la hostelera.

El punto de vista de Ángeles Riesgo resume el sentir general de la hostelería local. "Si vamos a abrir una hora menos, me parece bien que se anime a la gente a venir antes a los locales", estima Gianina Pirvu, propietaria de un local en la zona del Carmen, que reflexiona que ya se está notando cómo la gente también intenta adelantar sus horarios incluso para tomar el vermú. "Empieza a las doce y media y se alarga hasta las cuatro, cinco, o incluso seis de la tarde", afirma.

Para Liliana Sánchez, dueña de una cafetería en la avenida Manuel Llaneza, el futuro pasa por "la comida para llevar y el servicio a domicilio", y expone que ha tenido casos en los que la gente, por temor al contagio, le ha "suspendido reservas de mesas pero han pedido la comida igualmente, para comer en casa". Sobre el tardeo, opina que "todo lo que sea fomentar la circulación del dinero en la hostelería es bienvenido".

Quienes han tomado, sin duda, el protagonismo este verano en los locales han sido las terrazas. "Ahora tiramos bien con las terrazas pero la gran preocupación es el otoño y el invierno", relata Pablo Suárez, dueño de un pub en El Llano. Sobre el tardeo piensa que "no es que haya que fomentarlo sino que si no se viene a esas horas ya no tendremos clientes". Y añade: "Mi local es mixto, también abría por las noches y al quitarnos ese horario el volumen de ventas baja mucho, la crisis está en el tema de las copas, porque por las tardes lo único que se consumen son cervezas y vinos".

Los que peor parados salen tras la puesta en marcha de los nuevos horarios de apertura son los locales de ocio nocturno. Para Javier Martínez, miembro del grupo Gavia, "las palabras de apoyo al tardeo son adecuadas". Para él, la solución pasa por "regular el ocio nocturno hacia nuevos espacios y formas", aunque piensa que fomentar estos nuevos hábitos en Asturias puede ser más complicado que en otras zonas de España. "Aquí tenemos otra educación, la sidra tiene mucho peso en nuestra cultura y le va a hacer sombra al tipo de tardeo que, por ejemplo, se puede encontrar en el levante", estima. El empresario añade también que "la climatología va a ser un factor importante a partir de octubre y será complicado darle continuidad a las terrazas". Sobre esto último piensa que alguna solución podrá ser "adaptar algunas con calentadores, aunque el invierno se presenta complicado si ya estamos saliendo mal parados de este verano".

No obstante, no todos los hosteleros se muestran tan satisfechos con esta iniciativa. Es el caso de Luis Ángel Carrera, dueño de otro local del Llano. "La gente que venía más tarde, ahora ya no viene", asegura, y se lamenta porque "los gastos son los mismos, pero tenemos una hora menos para poder trabajar". Sobre si el tardeo se establecerá permanentemente entre los ciudadanos, este hostelero tampoco lo ve como la mejor opción. "Se cogerá costumbre y no se quedarán por la noche. Volver a los tiempos normales nos costará dos o tres años", apunta.

Para Soledad Samicelli, gerente de un conocido bar de copas de la zona de Cimadevilla, "está bien que se promocione, pero tampoco vemos coherencia". "¿El virus solo se propaga por la noche y no por la tarde? Ahora se acumulará la gente en el mismo horario", se pregunta. De cara al futuro, su panorama no es muy alentador. "Ahora nos mantenemos un poco porque son las fechas que son, pero aquí el buen tiempo es muy relativo. La Alcaldesa promueve el tardeo pero no se da cuenta de que en invierno, si se mantiene esta normativa, muchos locales de Gijón de toda la vida no podremos abrir e iremos muchos a la calle".

Ricardo Álvarez, representante de OTEA en Gjón, se muestra "a favor del tardeo", aunque opina que "tampoco es la solución porque la mayoría de locales no cuentan con terrazas y de momento, la gente es reacia a entrar en los interiores".

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