Las nuevas "aulas espejo" con las que la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón comenzará este curso podrá servir de recurso a posibles alumnos en cuarentena. El centro, que retransmitirá en directo las lecciones de asignaturas concurridas que llenen el aforo de sus aulas, permitirá también que el alumnado, con causa justificada, se conecte directamente desde casa. Así lo hicieron saber ayer los responsables durante la primera jornada de acogida de los alumnos de primer curso de los ocho grados del centro. Son 750, y también los más vulnerables: en la EPI, según los estudiantes, lo normal es que una parte importante de los matriculados abandone o deje de acudir con tanta frecuencia al centro, por lo que los aforos de los últimos cursos no está previsto que se llenen.
En la sesión de ayer, a cargo del director del centro, Juan Carlos Campo, e Inés Suárez, subdirectora de estudiantes, se desgranó la información protocolaria (cómo guardar el usuario y contraseña para acceder a la página web, la necesidad de consultar frecuentemente el correo, clases prácticas...), pero algunos veteranos que se acercaron a ayudar en la coordinación ya prometen que en los próximos días se encargarán de impartir consejos más extraoficiales, como la necesidad de apuntarse a una academia. "Los que aprueban todo sin ayuda externa son, por clase, una o dos personas", aseguran. Según Miguel Sal, nuevo alumno de Informática, su promoción llega con una ventaja y una desventaja: "Parece que nos pusieron mejores notas que otros años, pero con todo lo que pasó también estuvimos más descentrados".
Según Antonio Calleja, subdirector de Calidad, la otra medida ya aplicada es la numeración de pupitres, que se han marcado por colores para que los alumnos del turno de mañana no compartan silla con los de la tarde, evitando así posibles contagios cruzados. Las clases comienzan, de forma escalonada, el próximo día 10.
