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Accem atenderá a convalecientes en riesgo de exclusión

El plan, financiado por el Principado, recibirá en Gijón a pacientes de toda la región

Un servicio de convalecencia para usuarios en riesgo o situación de exclusión social. Es el nuevo proyecto que la organización sin ánimo de lucro Accem acaba de lanzar desde Gijón para usuarios de toda Asturias. El plan nace con cinco plazas habilitadas en un piso de la ciudad y la previsión, según aclaran los organizadores, es que los primeros ingresos se realicen de forma "casi inmediata". El personal ya está contratado y Accem cuenta con un concierto con Servicios Sociales y fondos del Principado. "Ya hemos empezado a entablar relaciones con todos los hospitales para tener contacto directo para las derivaciones", aclaran desde la organización.

El plan detalla que el servicio consiste en un "acompañamiento sanitario en coordinación con los servicios públicos de salud de atención primaria y especializada" que incluirá alojamiento, manutención y un plan personalizado de reincorporación social para que los afectados puedan retomar su vida de forma independiente. Los requisitos son que el usuario sea mayor de edad, que tras recibir el alta hospitalaria "requiera de un proceso de recuperación" y que se encuentre en riesgo o exclusión social. Se podrá derivar a personas tanto a través del sistema de salud como por parte de servicios del tercer sector o entidades locales de Servicios Sociales. Las cinco plazas iniciales, añaden desde Accem, "podrían ampliarse en caso de necesidad".

La idea de implantar servicios de convalecencia lleva años ganando presencia en la región pero sin concretarse demasiado. En Gijón, por ejemplo, sigue paralizada la prometida unidad de convalecencia que se iba a instalar en la residencia Mixta de Pumarín (se trataría de la primera unidad de este tipo en la región) orientada, en este caso, para pacientes de edad más avanzada. El objetivo, no obstante, es el mismo: que los enfermos que ya están lo suficientemente bien para salir del hospital pero no para volver a sus casas puedan tener una fase intermedia para ganar fuerzas y recuperarse. Evitaría, además, las estancias prolongadas en hospitales, que además de costosas para el sistema público suelen repercutir en la propia salud del paciente.

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