Los padres de los niños de Nuevo Roces que acuden a los colegios Noega y Nicanor Piñole han estallado contra los reiterados problemas con el transporte escolar de sus hijos: desde el baile de monitores hasta el descontrol con los horarios, la espera por un autobús durante una hora porque el que envió la empresa no tenía suficientes plazas o la aglomeración que se produce a diario en la parada al coincidir con los autobuses urbanos. Por todo ello se manifestaron ayer de forma masiva a primera hora de la mañana, antes de montar a los pequeños en el autobús, con el apoyo de las AMPAS, las direcciones de ambos centros y la asociación de vecinos de Nuevo Roces.

En la concentración pidieron una reunión de todos los implicados y leyeron un manifiesto en el que reclamaron de forma conjunta que "ningún alumno se vuelva a quedar sin subir al transporte escolar por falta de espacio". También que "se sume a la mayor brevedad posible un nuevo autobús escolar para permitir que cada alumno tenga un asiento fijo asignado, tal y como marca el BOPA para la normativa covid", de tal manera que en caso de contagios se pueda establecer la trazabilidad de los contactos, y que cada autobús tenga su propio acompañante fijo para evitar rotaciones excesivas que descontrolen el orden establecido en los autobuses escolares.

Además, Miguel Bernardo, presidente vecinal, reclamó que se mantengan las burbujas de los centros educativos y que no se mezclen los niños de uno y otro colegio, obligados ahora a viajar juntos en el mismo autobús. Del mismo modo, los vecinos aprovecharon para insistir en una petición que ya es un clamor desde hace tiempo: que se distancien las paradas para paliar la aglomeración actual por la presencia cada día de unos 220 niños y sus familias, que se juntan con las marquesinas habituales de las líneas de Emtusa.

Las familias, además, denunciaron un nuevo retraso: los niños aún estaban subiendo a los autobuses a las nueve menos cinco de la mañana cuando la entrada para los escolares de infantil colegio está establecida a las nueve menos cuarto para evitar que se mezclen.