AreclorMittal mantendrá al 70% de capacidad de producción sus dos sínter de la factoría de Veriña en cuando vuelva a arrancar el sínter A, parado durante los últimos meses mientras se efectuaba la obra de construcción de un nuevo filtro de mangas para reducir sus emisiones contaminantes a la atmósfera. El retraso en la construcción de este filtro, que ya debería de haber sido puesto en servicio, es precisamente lo que impedirá producir al cien por ciento a las plantas de sinterización de la factoría siderúrgica, según explican fuentes de la empresa.
La obra del sínter se concluirá previsiblemente en marzo, tras haberse superado los sucesivos problemas entre la ingeniería que lo construye y empresas subcontratadas, que en su día fue lo que bloqueó la obra.
La entrada en servicio del sínter A antes de concluir la obra ha generado polémica, llevando a Ecologistas en Acción a preguntar al Principado el motivo de por qué pasó de sancionar a la empresa por que esa instalación funcionara sin el nuevo filtro a admitir que lo arranque antes de concluir la obra. Los ecologistas apuntan que una autorización de ese tipo debería de aparecer reflejada en el BOPA, lo cual les permitiría recurrirla.
Arcelor lleva desde el pasado lunes intentando arrancar el sínter A, cuando un fallo eléctrico lo impidió. Fallo que previsiblemente podría estar solucionado hoy mismo, según apuntan otras fuentes.
En todo caso, desde Arcelor se resalta que el encendido del sínter A cumplirá con todos los requisitos ambientales que le exige la administración, al haber pasado a contabilizar los valores de emisión de contaminantes mediante el método de burbuja, esto es, la media diaria de los sínter, en lugar de tener en cuenta los valores de cada uno de los focos de emisión de ambas instalaciones (cada sínter tiene dos focos de emisión de humos).
Arcelor ha justificado la necesidad de arrancar el sínter A antes de concluir la inversión medioambiental en las necesidades productivas de sus dos hornos altos.
La compañía sostiene que ambos hornos estarán funcionando al menos en el primer semestre del año. Otras fuentes sostienen que también lo estarán en el segundo semestre del año, dado que la producción prevista en la acería gijonesa para este año es de 700.000 toneladas, lo que supone unas 200.000 menos que su capacidad máxima.