División de opiniones. Taxistas y repartidores difieren en su análisis sobre la colocación de dos nuevos radares en la ciudad de Gijón, que se situarán en las avenidas de El Llano (a la altura de la calle Río Nalón) y el Jardín Botánico (junto a la instalación museística). Los primeros entienden que la medida es “positiva” puesto que “ayudará a pacificar el tráfico”, mientras que los transportistas aseguran que “la medida tiene exclusivamente un afán recaudatorio”.

“Tenemos que concienciarnos de que hay que reducir la velocidad en el casco urbano”, entiende Faustino Roque, de Radio Taxi Villa de Jovellanos, con lo que la colocación de los dos cinemómetros con tecnología doppler “me parece correcto y lógico”. Para Roque, esta medida “será buena para todos, porque ayudará a pacificar el tráfico y reducirá el número de accidentes”, aunque entiende que “alguno terminará pagando las consecuencias” con multas. El taxista deja la puerta abierta incluso a colocar más medidores de velocidad en el casco urbano. “No lo vería criticable, porque tenemos que convivir cada vez con más elementos: peatones, patinetes o bicicletas”, ahonda.

“Los radares en la ciudad siempre están bien”, enfatiza José Álvarez Cotarelo, presidente de Radio Taxi Gijón, que asegura que las dos avenidas donde se van a colocar “son vías en las que a veces se va demasiado rápido”, sobre todo en la del Jardín Botánico: “la gente ahí se pasa más, porque no tiene tanto tráfico”. Por todo ello, “lo vemos bien, porque nosotros generalmente siempre respetamos las velocidades marcadas”.

Así lo entiende también Ildefonso Llorente, de Radio Taxi Los Amarillos. “Nosotros no tenemos más derecho a ir más rápido que los demás”, zanja el taxista, que afea que “muchas veces, la gente nos pide demasiada premura”, aun cuando “en muchas vías es el propio tráfico el que no te deja ir más rápido, como ocurre en el centro de la ciudad”. Para Llorente, “por lo general, todos vamos demasiado rápido y con prisas”, por lo que deja claro que “tenemos que aprender a ir más despacio, aún cuando el cliente nos pida más velocidad”, a lo que ayudarán los nuevos dispositivos que el Ayuntamiento sacó a licitación por más de 100.000 euros y que plantea poner en funcionamiento en el segundo trimestre del año. En cuanto a las ubicaciones elegidas, el taxista entiende que “en la avenida del Jardín Botánico nadie va a 50, pero es un poco innecesario, porque es una carretera con pocas viviendas y pasos de peatones”. Mejor ve la ubicación en la avenida de El Llano “para regular la velocidad a la entrada de la ciudad desde la carretera”.

Visión distinta

Una visión muy distinta a la que tienen transportistas y repartidores. “La intención no es tanto pacificar el tráfico, sino recaudar”, asevera Senén Morán, al frente de una plataforma de medio centenar de transportistas autónomos, “es una medida más que nos perjudica, como la nueva ley de tráfico que eleva las sanciones”. Así, explicita que “no buscan prevenir accidentes, sino recaudar”.

Un discurso similar al que sigue Javier Camblor, al frente de una panadería de la ciudad. “Es nuestro trabajo, y tendrían que levantar un poco la mano con nosotros y ser más comprensivos”, solicita Camblor, “hay que regularizar, pero no se está haciendo bien, estoy totalmente en contra”. Más aún cuando “los repartos se hacen imposibles a ciertas horas debido a las peatonalizaciones que se están llevando a cabo”. Camblor deja claro que “es un afán recaudatorio total”.

Así lo cree también María Jesús Argüello, también trabajadora del gremio. “Colocar radares en un punto habitual de accidentes, vale; pero donde los van a poner no son lugares conflictivos”, explica, “nos va a afectar en el día a día, porque siempre vamos con prisas y a veces te despistas y te pasas de la velocidad”, aseverando que “los ponen en sitios estratégicos, para cazar a la gente”.