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El vicario de la iglesia de San Lorenzo se jubila tras 44 años “de gran servicio y generosidad”

El religioso Gilberto Lorenzo recibirá un homenaje en febrero en el templo al que llegó en 1977 y que compaginó con la parroquia de Santa Bárbara

Gilberto Lorenzo Reigada, en la parroquia de San Lorenzo.

El religioso Gilberto Lorenzo Reigada, un hombre “afable y siempre al servicio de los demás”, disfrutará a partir de ahora de una más que merecida jubilación, cuando sus fuerzas físicas y cognitivas han comenzado ya a fallar, tras casi medio siglo como vicario de la iglesia de San Lorenzo y párroco del Poblado de Santa Bárbara. “Siempre ha servido con generosidad, disponible en el servicio y dispuesto siempre a ayudar. Todos los párrocos con los que trabajó encontramos en él un sacerdote que nunca ponía dificultades al servicio que pedía”, confiesa Jorge Cabal, actual párroco del templo gijonés ubicado en Los Campinos que el próximo día 4 de febrero acogerá una misa homenaje en honor a Gilberto Lorenzo.

Los problemas de salud han llevado a este religioso nacido en la localidad orensana de Osoño en 1936 a adquirir la condición de jubilado. A sus espaldas lleva una vida sacerdotal plena que comenzó a desarrollarse en 1962, año en el que fue ordenado como religioso de la orden de la Merced de Santiago. Fue la diócesis de Málaga su primer destino, donde ejerció su ministerio y también la enseñanza –impartió clases de Religión y Griego– en el instituto Nuestra Señora de la Victoria. Esas labores docentes las compatibilizó, además, con la guía espiritual de las parroquias malagueñas de Alhaurín el Grande y Casares hasta 1977, año en el que puso rumbo a Gijón, especialmente movido para poder llevar a cabo las atenciones que precisaba su familia.

Desde su llegada como vicario a la parroquia de San Lorenzo, donde ha estado 44 años, se ganó pronto el cariño y la gratitud por su carácter afable. “Siempre ha estado pendiente, especialmente, de los enfermos, que conocen bien su labor sacerdotal así como su sensibilidad para con las personas vulnerables y los necesitados”, destaca el párroco, Jorge Cabal.

En reconocimiento de esa entrega, y con el objetivo “de mostrarle una vez más nuestro cariño y gratitud por haber estado siempre ahí”, se celebrará una misa el próximo jueves 4 de febrero a las 19.30 horas para “reconocer una vida ofrecida por nosotros”, tal y como se recoge en el boletín digital de la parroquia para invitar a los feligreses al acto.

Relevo en el Poblado

La jubilación de Gilberto Lorenzo, además, conlleva el necesario relevo en la parroquia del Poblado de Santa Bárbara, donde durante las últimas décadas estuvo destinado el sacerdote. Su puesto lo ocupará José Luis Fonseca Orviz, que compaginará esas labores con las de párroco de la Purísima Concepción, en Nuevo Gijón. Se trata por tanto del primer ejemplo de las llamadas unidades parroquiales. Tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, el clero gijonés aprobó este mes de enero su hoja de ruta para la reorganización de las parroquias de la zona urbana con un máximo de doce divisiones a partir del mes de junio.

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