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Las claves de la reforma del urbanismo en Cimadevilla después de tres décadas sin cambios

La reforma urbanística para impulsar el barrio como motor cultural se hace hueco entre acciones para mejorar su habitabilidad

Vista parcial del barrio de Cimadevilla.

Las mascarillas impidieron a los gijoneses soplar con fuerza el pasado verano las 30 velas del aniversario del “Elogio del horizonte”. Los rigores de la pandemia deslucieron pero no impidieron a Gijón rendir tributo a la obra de Eduardo Chillida que se ha convertido en símbolo de la ciudad. Y de Cimadevilla. De hecho el “Elogio” es una de las guindas del pastel de la recuperación del barrio histórico gijonés que se desarrolló a partir de los años ochenta del siglo pasado en base a dos planeamientos urbanísticos: los Peri de Cimadevilla y el Cerro de Santa Catalina. Tras más de tres décadas de vigencia de esas normas, toca hacer borrón y cuenta nueva para fijar las líneas maestras del futuro. Un revisado plan especial anunciado por el gobierno municipal dará soporte a importantes proyectos que llevan tiempo sobrevolando el Barrio Alto. Proyectos que buscan mejorar las condiciones de vida de los vecinos y generar polos de atracción para los visitantes.

Una Tabacalera sin tabaco. De su pasado como convento y fábrica de tabacos queda reflejo en los libros de historia. Ahora son los diseños arquitectónicos y los planes de usos los que adelantan la transformación del ya rehabilitado edificio de la Fábrica de Tabacos, al que se sumarían dos de nueva construcción, en un centro de creación contemporánea que sea el motor cultural de Gijón. Esa es la idea. Sólo faltan un mínimo de 20 millones de euros, años de trabajo y mucho impulso político para hacerlo realidad.

El primer hotel de cinto estrellas de la ciudad. El interés turístico de Cimadevilla no está en cuestión. El Ayuntamiento lo dejó claro al trasladar a la Casa Paquet la oficina central de InfoGijón y desde la iniciativa privada se apuesta por proyectos hosteleros y hoteleros en el barrio, y más en concreto en el Puerto Deportivo. Allí se ubica la antigua sede de la Autoridad Portuaria recién vendida a un promotor que aspira a reconvertirla en un hotel de cinco estrellas. El primero que tendría Gijón de abrir sus puertas. Un cambio así no se podría hacer con el actual plan especial del barrio. Si con el nuevo si así se decidiera y parece que nadie se opone.

En el corazón de las nuevas fachadas marítimas. Toda Cimadevilla mira al mar. Una realidad que hace que el barrio se vaya a beneficiar de los dos proyectos de renovación integral de la estética y la movilidad en paseos costeros que tiene en marcha el Ayuntamiento. A un lado un Muro ahora cortado al tráfico que se repiensa para el futuro. Y al otro, ese paseo de Cimadevilla a El Natahoyo con paradas en el Puerto Deportivo, los Jardines de la Reina, Fomento y la playa de Poniente.

Casamatas para preservar la memoria. A lo largo de este año está previsto que arranquen los trabajos que permitan transformar las galerías que existen bajo el Cerro de Santa Catalina desde 1898 en un museo para la memoria de Gijón. La iniciativa tiene su referencia en ese plan de protección del Cerro diseñado a finales de los ochenta que recupero para la ciudad como gran zona verde abierta al mar un terreno de uso militar. La memoria de Gijón tiene otros espacios importante en Cimadevilla: desde la Casa Natal de Jovellanos al refugio antiaéreo pasando por la muralla romana o el Palacio de Revillagigedo,

A la espera de la plataforma única. En lo que tiene que ver con la movilidad y con los servicios en el barrio, el Ayuntamiento está a la espera de las conclusiones del estudio contratado en agosto para ver las necesidades, junto al coste y los plazos, de un plan global de renovación de redes de agua y luz, soterramiento de cables y mejora de viales. Un plan que incluye implantar la plataforma única en todo el barrio y generar un anillo de circulación por el perímetro del barrio.

Las viejas reivindicaciones vecinales. A todos estos grandes proyectos hay que sumar reivindicaciones vecinales. Hace unos años se reunieron en un documento que buscaba dinamizar el barrio: rehabilitación de fachadas, ayudas para alquiler de locales vacíos, recuperación de solares abandonados, un plan singularizado de terrazas hosteleras, un centro social, mejoras de transporte público...

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