José Pablo García y Elena Escobedo le echan un ojo a su perro “Yoko” mientras preparan la autocaravana para ir a pasar el día al Rinconín. No hay más en estos tiempos de pandemia y cierre perimetral. El viaje es corto: la salida está en Tremañes. Más en concreto en una esquina del Centro de Transportes, donde se acaba de habilitar una zona de alquiler de 40 plazas de guardería de autocaravanas, caravanas y vehículos camper. José Pablo y Elena son de los primeros inquilinos. Y están encantados. No es fácil encontrar un sitio donde dejar este tipo de vehículos y que tenga servicios imprescindibles como la zona de vaciado de aguas grises y negras, un llenado de depósito de aguas limpias y conexión eléctrica.

Javier García, en la toma eléctrica.

“En Gijón no hay nada así. Nosotros este vehículo lo compramos hace un mes y hasta venir aquí la tuvimos aparcada delante de casa, Estábamos mirando naves, es donde se suele ir”, explica García. Igual que otro García, Javier, que estaba en lista de espera para conseguir meter en una nave la autocaravana que se compró en septiembre tras ocho años de ir por el mudo con su furgoneta California. “Es muy cómodo”, sentencia.

Además en el Centro de Transportes hay vigilancia las 24 horas del día, baños y duchas y un aparcamiento de cortesía para vehículos de visita. Todos son servicios que los primeros inquilinos –hay 13 contratos firmados que serán 14 en unos días– festejan. Aunque ya puestos piden más. “Estaría bien tener una zona de trasteros y la posibilidad, para quien quiera, de un espacio atechado”, indica José Luis García, con once años de experiencia en el mundillo, en una reivindicación compartida con el resto de sus compañeros.

José Luis García, en una de las plataformas

Luis Miguel Romero, gerente del Centro de Transportes, escucha las peticiones pero espera a que le salgan los números antes de ir a más en una experiencia que, explica, “se toma desde la iniciativa pública porque desde la privada vimos que estaba mal cubierta”. Aunque para Romero ofertar una guardería para estos vehículos tienen tanto que ver con el interés por diversificar y hacer crecer la oferta del Centro de Transportes de Gijón –entidad pública en la que son socios tanto el Ayuntamiento como el Principado– como con, en el marco de la nueva política municipal de movilidad, sacar ese tipo de vehículos de las calles donde, en muchos casos, no están correctamente estacionados.

El Centro de Transportes acometió el proyecto en colaboración con la firma Nómadas Services y el asesoramiento del Club Autocaravanista del Principado de Asturias, que preside José Luis Villares. “Les indicamos las medidas necesarias para que las plazas tuvieran la holgura suficiente y como se tenían que diseñar las plataformas de para las aguas grises y negras y para llenar el depósito de agua potable”, explica Villares para quien una iniciativa así suma puntos para impulsar la presencia de Gijón entre los aficionados al caravanig. Aunque aún falta mucho. “Nosotros hemos calculado que Gijón necesita 300 plazas”, sentencia.

Y desde luego ese número no se consigue con el espacio reservado en El Arbeyal, que es el único que tiene los servicios obligados por ley. Aunque hay también quien va al Rinconín. Entre uno y otro poco más de 40 plazas disponibles para los autocaravanistas.

José Pablo García y Elena Escobedo, con “Yoko” en su autocaravana

Si algo tienen claro todos es que los gijoneses que gozan de una autocaravana necesitan un sitio donde guardarla cuando no están de viaje, que ahora es mucho más, y que cualquier equipamiento que potencie que a Gijón lleguen caravanistas de todo el mundo es bueno para las arcas turísticas. “No estamos hablando de un turista que no gasta, los últimos estudios dicen que el consumo es de 100 euros al día” matiza José Luis Lastra, de Nómadas. La pandemia también le ha puesto freno al sector pero hasta 2020 el crecimiento del caravanig era imparable. Y quizás vuelva a serlo cuando los cierres perimetrales solo sean un mal recuerdo de una historia pasada.