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Nada puede con Flora: la gijonesa de 102 años que ha pasado el coronavirus

Es la usuaria más veterana de la residencia de San Pedro, afectada por un fuerte brote de covid al inicio de este mes

Flora Llorente y varios empleados de la residencia San Pedro.

Que la gijonesa Flora Llorente ha pasado el coronavirus se sabe porque en su día dio positivo en PCR y porque ayer los sanitarios confirmaron que ha desarrollado anticuerpos, pero la que es la usuaria más veterana de la residencia de San Pedro en Cimadevilla celebró esta semana sus 102 años en perfecto estado de revista.

Llorente ha sido la única afectada por el brote que golpeó a la residencia a inicios de este mes –otros 16 ancianos se infectaron y una mujer falleció– que no precisó su traslado a hospitales o centros sociosanitarios de apoyo. “Se quedó en su habitación, como si nada, y con las mismas volvió a dar negativo”, explican los empleados, que se compincharon para llevarle helado a la centenaria este martes: “Ya que no puede ver aún a su hija, al menos sabe que no está sola y que esta es su casa”.

El brote en la residencia de Cimadevilla comenzó con un goteo de casos justo diez días después de haber recibido todos los usuarios su segunda dosis, que se puso el día 19. "Creemos que eso nos ha servido para que muchos casi no tengan síntomas, pero fue una pena, nos alcanzó por los pelos", lamentaron entonces desde el recurso. Poco después, se confirmó que las cinco empleadas contagiadas por el brote en la residencia estaban sin vacunar. La dirección del centro aclaró que cuatro de ellas se negaron alegando problemas médicos cuando se les ofreció apuntarse al listado requerido por Salud y que la quinta acababa de incorporarse para sustituir una baja, por lo que no había podido acceder a esa posibilidad.

 Las alarmas al finalizar el día el lunes 25 de enero, cuando varias usuarias –todas las infectadas son mujeres– pasaron “muy mala noche”. Por la mañana, una de ellas presentaba fiebre y problemas para respirar. “Así se empezaron a hacer los test y fueron saliendo poco a poco los positivos, mientras algunas mostraban síntomas catarrales o diarrea. Se las fue trasladando al hospital. Primero dos, luego otras dos, luego cinco y luego otras cinco. Solamente una parecía estar más malina y es la que ha acabado falleciendo”, concretó entonces el sacerdote Javier Gómez Cuesta, que vive en la residencia aunque en zona distinta a la del foco. También añadió que “lo delicado” de este brote es la avanzada edad de todas las afectadas por el covid-19, un factor que las vuelve más vulnerables ante cualquier enfermedad.

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