La práctica del botellón se mantiene pese a la pandemia, como así lo demuestran los datos del pasado año, desvelados por LA NUEVA ESPAÑA, y en los que se reflejaba un aumento del 46% con respecto al 2019. El último caso tuvo lugar ayer en el parque de Los Pericones, zona habitual de Gijón para este tipo de prácticas. La Policía Local tuvo que intervenir en ese lugar ante la presencia de diez personas que se encontraban reunidas y bebiendo alcohol en la zona. Todos ellos fueron denunciados por incumplir las medidas para frenar la pandemia.

Además, en esa misma intervención, "se levantó un acta por tenencia de droga y una denuncia por falta de respeto a los agentes", informan desde el Ayuntamiento de Gijón. La práctica del botellón se disparó el pasado año, fruto en gran medida de las restricciones a la hostelería. En 2020, se tramitaron 676 sanciones por las 464 del año anterior, lo que supone un crecimiento exponencial de un 46 por ciento. El auge del fenómeno fue problema común en todos los barrios, con especial incidencia en la zona Centro, y la única excepción de Cimadevilla, donde los casos se redujeron tras una larga etapa de constantes aumentos.

A lo largo del miércoles, explican desde la Policía Local, también fueron propuestas para sanción trece personas por no llevar mascarilla, cuatro por fumar sin distancia, otras cuatro por no respetar el toque de queda, y una más por saltarse el cierre perimetral. Por último, fue denunciado un establecimiento del Camín de la Regata por no disponer las mesas a la distancia requerida.