El año de la pandemia iba a ser el año mundial de las enfermeras y las matronas, pero su campaña de difusión tuvo que abortarse globalmente por la llegada del virus. Sin embargo, entiende Esteban Gómez, actual presidente del Colegio de Enfermería de Asturias, que el covid-19 sí ha podido ayudar a visilizar el papel de las enfermeras y a reivindicar la importancia del desarrollo profesional y los perfiles especializados. El responsable, que intervendrá hoy en la Escuela de Comercio a través de un ciclo de ponencias del Ateneo Jovellanos (19.00 horas), alerta de que habrá “un problema gordo por falta de personal” de Enfermería en los próximos años en Asturias, y que su solución, “aunque ya viene tarde”, pasa por ampliar la capacidad formativa y mejorar las condiciones laborales.

Gómez considera que la pandemia sí ha puesto sobre la mesa “el error histórico de creer que una enfermera vale para todo”. “Si a mí, que estoy en quirófano, me ponen en un centro de salud, tendría problemas para adaptarme. En pandemia se pusieron a enfermeras en una UCI covid que jamás habían ocupado ese puesto. La Enfermería no es un cajón de sastre”, asevera. A su juicio, la gestión política en Asturias “sigue un poco a uvas” en cuanto a contrataciones. “Hay competencia entre las comunidades autónomas y otras ofrecen mejores condiciones. Muchas enfermeras se están jubilando y no hay un relevo generacional, porque no tenemos plazas suficientes en la Universidad ni hemos ofrecido contratos atractivos”, critica. Propone, como plan de choque, que la región elabore “una estrategia seria de personal en el ámbito público” en la que se puedan cuantificar cuántas enfermeras van a ser necesarias en los próximos años.